Como un éxito definieron los organizadores de Laguna yo te quiero, la jornada de limpieza del sábado 12 de octubre en la zona metropolitana de La Laguna. La meta de recolección de escombro y basura no sólo se superó sino que casi se triplicó. Más de 40 mil ciudadanos salieron a las calles para recoger 27 mil toneladas de desechos sólidos que durante años han sido arrojados sin control alguno en terrenos y vialidades. Sin embargo, si consideramos que en toda el área conurbada hay alrededor de 10 millones de toneladas, aún queda mucho por hacer.
Lo más destacable de la jornada cívica que vivió la región el sábado pasado es, sin duda, el nivel de participación de decenas de miles de ciudadanos. Amas de casa, organizaciones no gubernamentales, profesionistas, empresas, obreros, autoridades, niños y personas de la tercera edad, decidieron atender a la convocatoria de la asociación civil para darse a la tarea de trabajar en beneficio del espacio en el que habitamos y convivimos todos. Convertirse en parte de la solución y no sólo denunciar el problema, es una de las grandes enseñanzas de Laguna yo te quiero.
Montado en la ola de este gran esfuerzo, el alcalde electo de Torreón, Miguel Riquelme, anunció que durante su gobierno, que inicia el primero de enero de 2014, la limpieza de los lotes baldíos de la ciudad será una prioridad. El priista reconoció que es urgente aplicar políticas públicas concretas que desarraiguen la costumbre de tirar desechos sólidos en cualquier parte de la ciudad. No obstante, todavía falta ver qué va a pasar con la basura y el escombro que no fueron recogidos el fin de semana.
El problema del manejo de residuos sólidos de las ciudades es complejo. Ninguna de las urbes de la zona metropolitana de La Laguna ha logrado establecer un esquema integral de control de desechos. La cultura de limpieza en nuestras ciudades se limita a sacar la basura los días en que pasa el camión recolector, barrer algunas banquetas y, en general, deshacerse del escombro derivado de la demolición o edificación de una finca. Muy lejos estamos aún del reciclaje de la basura y la disposición final adecuada de los residuos de la construcción. El área conurbada de la Comarca es una gran fábrica de desechos y no hemos aprendido hasta ahora qué hacer con ellos.
Lo ocurrido el sábado pasado debe servir como un parteaguas para comenzar a partir de hoy a corregir los errores gubernamentales y omisiones de la sociedad de años que han llevado a convertir a la región en una de las más sucias de toda América Latina. De nada servirá la limpieza de terrenos si a la vuelta de los meses otra vez vuelven a ser utilizados como basureros. La acción de las autoridades debe ser desde ahora firme, congruente y constante, y la participación de la sociedad, una obligación. En este sentido, la labor de Laguna yo te quiero puede ser, si queremos, un buen inicio para mejorar la situación.
