Abandono. Aylín llegó a la Casa Hogar para Madres Solteras con 16 años años y un recién nacido, luego que sus planes de tener su casa se esfumaron al igual que su novio, su mamá y hermanos.
La desigualdad entre niños y niñas es más notoria en la educación, coinciden especialistas.
Aunque a nivel nacional, numéricamente hay más niñas (98.6%) que niños (97.9%) en la matrícula de educación básica, en las comunidades rurales se les sigue limitando ese derecho a las niñas.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) asegura que a 25% de las niñas indígenas, sus propios padres les niegan el derecho a asistir a la escuela, sobre todo, en los estados más pobres del país como Oaxaca, Guerrero y Chiapas.
"El machismo que aún impera en nuestra cultura sigue considerando a las niñas como incapaces e incompletas", considera Alan Jiménez, responsable de participación infantil de la Red por los Derechos de la Infancia en México.
Pero una vez que logran su ingreso a la escuela, las niñas y adolescentes tanto de zonas urbanas como rurales enfrentan dos obstáculos que impiden su continuidad en la educación: el matrimonio y el embarazo temprano. Nueve de cada 10 niñas que son madres dejan de asistir a la escuela.
El embarazo adolescente y los matrimonios precoces mantienen a México en la mira de los organismos internacionales. El Comité de los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas ha recomendado a México reducir la incidencia de ambos problemas, pues a nivel de América Latina nuestro país tiene una tasa elevada.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) lo confirmó en su reporte de 2012 sobre Embarazo Adolescente y Madres Jóvenes en México. Por cada mil niñas y adolescentes de entre 12 y 19 años de edad, 69 son mamás. En Perú, si se compara, la tasa es de 52 por cada mil; en España, 12 por cada mil; en China, 9 de cada mil y en Alemania, 7 por cada mil.
Por ello es que la SEP afirma que "a nivel global, México es un país con un alto grado de incidencia de embarazo adolescente" y advierte que los riesgos de que ocurra se incrementan en el país, sobre todo, por la pobreza.
En dicho reporte establece que las niñas y adolescentes mamás dejan de ir a la escuela por estigmatización, por cuestiones culturales que señalan que la mujer debe estar en el hogar, por juicios severos, por carencias económicas, por encontrarse con un clima hostil y por rechazo.
MAMÁ, HIJO Y SU SOLEDAD
A Aylín le llegó la maternidad a los 16 años de edad cuando le gustaba la música, bailar, ver la televisión, ir a fiestas con amigos y tener novio. Dice que la única frase que expresó al saber que estaba embarazada fue: "¡No manches!".
Sus planes de vivir sola, tener su propia casa y comprarse una moto se esfumaron al igual que su novio, su mamá, sus hermanos y otros familiares. "Me sentí sola porque el papá de mi hijo se va, mi mamá se va, mis hermanos se fueron con su papá... yo me fui a vivir con una amiga de mi mamá, luego con unos tíos, pero me salí y me vine para acá".
Aylín es de Cuautla, Morelos, y llegó a la Casa-Hogar para Madres Solteras, en el Distrito Federal, con su bebé recién nacido. Ángel, tiene 6 meses de edad y no conoce a nadie de la familia de su mamá.
A esta Casa-Hogar de Madres Solteras de la Congregación de Esclavas de la Virgen Dolorosa, única en su tipo en todo el país, llegan a llamar hasta 5 niñas y adolescentes mamás al día para solicitar auxilio.