Hoy hace 100 años murió el presidente Francisco Ygnacio Madero. Fue asesinado, junto al vicepresidente José María Pino Suárez, a un lado del Palacio de Lecumberri, presumiblemente por órdenes del golpista Victoriano Huerta.
Mucho se ha contado la traición de personajes como Bernardo Reyes, Félix Díaz y el embajador estadounidense Henry Lane Wilson. Pero el debilitamiento del gobierno de Madero, el cual facilitó y justificó el golpe en su contra, se debió también al acoso de unos periódicos que "muerden la mano que les quitó el bozal" (Gustavo A. Madero) y a las revueltas de Emiliano Zapata y otros, revolucionarios y porfiristas. Las propias indecisiones de Madero pesaron también de manera decisiva en el desenlace trágico de su gobierno.
Madero derrocó a Porfirio Díaz con una revolución rápida e incruenta. Después de algunas escaramuzas, las tropas de Pascual Orozco y Pancho Villa tomaron con facilidad Ciudad Juárez el 10 de mayo de 1911 a pesar de que el propio Madero se había resistido a esta acción. Porfirio Díaz renunció el 25 de mayo no por que estuviera derrotado sino porque no quiso ser pretexto para una guerra. Durante un breve interinato, Madero fue electo presidente de México el 15 de octubre de 1911. Obtuvo el 99.7 de apoyo en un sistema de votación indirecta y restringida en el que sufragaron 20,145 ciudadanos de una población de más de 15 millones.
Madero fue uno de los presidentes más jóvenes de México. Asumió el poder a los 38 años, el 6 de noviembre de 1911, y lo ejerció solamente 15 meses. Cuando lo mataron, el 22 de febrero de 1913, tenía 39 años.
El gobierno de Madero nunca contó con tranquilidad. El general Bernardo Reyes proclamó su Plan de la Soledad (por Soledad, Tamaulipas) el 16 de noviembre de 1911. Emiliano Zapata lanzó su Plan de Ayala el 25 de noviembre y desconoció a Madero como presidente. Pascual Orozco se levantó el 25 de marzo de 1912 con el llamado Plan de la Empacadora. Félix Díaz, general brigadier en retiro y sobrino de Porfirio Díaz, inició una revuelta el 16 de octubre de 1912.
Las duras críticas e hirientes caricaturas que la prensa le dirigía a Madero, a quien consideraban débil y extraño (era espiritista), abonaron el terreno para la Decena Trágica. Ésta empezó el 9 de febrero de 1913 y llevó a la captura de Madero el 18 de febrero, a su renuncia forzada y a su asesinato. Hoy Madero es el "Mártir de la democracia", pero en febrero de 1913 era al parecer un presidente impopular.
El golpe contra Madero llevó a Victoriano Huerta a la Presidencia, pero los demonios ya estaban sueltos. Una nueva revolución surgió en su contra. Ésta sí fue sangrienta y prolongada y destruyó buena parte de la economía del país. Se dice que un millón de personas murieron en esta segunda revolución, aunque la enorme mayoría fallecieron por enfermedad y en especial por una pandemia de Gripe Española (Influenza A H1N1) que mató a entre 50 y 100 millones de personas en el mundo.
La presidencia de Madero fue tan breve, y tan concentrada en combatir revueltas, que es difícil juzgarla. No sabemos realmente qué tan buen o mal gobernante habría sido. Lo que sabemos es que trató de ser conciliador en un tiempo de intolerancias.
DEL RECTOR
"Todo se puede analizar, todo se puede debatir, todo se puede resolver, menos la violencia irracional en contra de los universitarios. En esto no vamos a transigir. La violencia no tiene cabida en nuestra institución… De igual manera, algunos nos sentimos afectados por la incomprensión de quienes asumen una actitud ligera y superficial, por decir lo menos, cuando expresan que un problema como éste puede resolverse fácilmente con la aplicación de la fuerza. Parece que las experiencias previas les han pasado de noche." Palabras del rector de la UNAM José Narro Robles.
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