Rosas. Un niño sostiene una imagen de la santa Guadalupe García Zavala 'Madre Lupita'.
Monjas enfermeras del Hospital Santa Margarita donde sirvió la Madre Lupita, ubicado en Guadalajara, dicen que todavía está con ellas la santa recién canonizada por El Vaticano, para apoyar a los enfermos.
Una vez que fue canonizada el pasado 12 de este mes en el Vaticano, el culto de la Madre Lupita ahora santa no tendrá fronteras, pero su caridad y presencia sigue presente en el lugar donde están sus restos, el Hospital Santa Margarita, ubicado en la zona Centro de esta capital.
Este nosocomio, que data de 1896, fue la casa de la Madre Lupita durante todo su servicio como religiosa y enfermera, incluso ahí reposan sus restos en una capilla que es visitada diariamente por enfermos y feligreses que acuden a pedirle sanación.
Dos de las 32 monjas que ofrecen su servicio como enfermeras, una de ellas que fue recibida en sus inicios como religiosa por la propia Madre Lupita, coincidieron en que "Dios permite que esté con nosotras para apoyar a los enfermos".
La madre María del Rosario Plácito, de 88 años de edad, afirmó que "donde no la ven y anda con los enfermos huele a rosas".