Bajo tierra se esconde una red de cuevas inundadas de agua dulce y cristalina.
Yucatán, tiene atributos que merecen ser explorados por el viajero amante de la cultura maya, de la naturaleza salvaje que ofrece la selva y de quien busca un encuentro consigo mismo en una playa de mar esmeralda, como la de Xixim.
Dzibilchaltún, zona arqueológica
Destaca el Templo de las Siete Muñecas o Templo del Sol, llamado así por el descubrimiento de siete figuras de barro. Ahí ocurre un fenómeno arqueo-astronómico durante los equinoccios, el 21 de marzo y 21 de septiembre, al amanecer, cuando la puerta del templo se ilumina con el resplandor del sol en el horizonte, justo en el centro.
*Tiempo estimado entre Celestún y Dzibilchaltún: hora y media.
Paseo por cenotes y haciendas henequeneras
Yucatán vivió en la bonanza gracias a la producción de fibras naturales provenientes del henequén, pero el "oro verde" se vino a pique cuando en 1930 apareció el nylon. Existen más de mil haciendas henequeneras por todo el estado: algunas siguen en ruinas, otras se transformaron en hoteles de lujo que preservaron su esencia. Únete a un recorrido por este pasado de opulencia y, después, penetra al inframundo maya: bajo tierra se esconde una red de cuevas inundadas de agua dulce y cristalina. El tour incluye un chapuzón en un cenote, rodeado de extrañas formaciones rocosas.
Este recorrido lo ofrece Xixim Ecoparaíso
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Celestún
Explora en una lancha el estero que en 1989 fue nombrado Reserva Especial de la Biósfera de Celestún. Entre noviembre y abril es un gran momento para tomar los binoculares, la cámara fotográfica y observar la gran cantidad de flamencos rosados que se reproducen y se alimentan de crustáceos en el lugar. Se han contado hasta 30 mil ejemplares y se dice que son los más rosas del planeta, debido a la concentración de caroteno en el agua. Los manglares de Celestún son un refugio silencioso, de verdadera paz para quienes los recorren; vitales para la existencia de más de 320 especies de aves.
Los paseos en lancha incluyen comida.
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Hotel Xixim Ecoparaíso
Es uno de esos lugares que no parece de la vida real, pero que nos imaginamos vagamente cuando fantaseamos una escapada del estrés de todos los días.
Este cachito de paraíso existe a 100 km de Mérida y no sólo es el refugio de jaguares, mapaches, monos araña, osos hormigueros, flamencos rosados, o de cuatro de las ocho especies de tortugas marinas que eligen estas playas para desovar. Es un rincón, entre el mar y la selva, que desintoxica el alma y la mente.
En una playa de arena blanca de 5 km se esconde Hotel Xixim Ecoparaíso, dentro de la Reserva de la Biósfera de Celestún, santuario de flamencos rosados y hábitat de otras especies de aves.
Sólo son 32 bungaloes, independientes unos de otros; con una terracita con hamacas y mecedoras; todas con vista al mar; baños amplios, también de cara al Golfo de México, y camas con dosel.
El hotel dispone de un pabellón para yoga y pilates, spa, un restaurante donde se preparan auténticas recetas yucatecas y platillos vegetarianos. El bar tiene su propia biblioteca y wifi para aquéllos que no pueden desconectarse del mundo.
La decoración es rústica, contemporánea tropical.
Xixim organiza recorridos en bici a zonas arqueológicas de la cultura maya, paseos en lancha a Celestún para ver al flamenco rosado, excursiones a cenotes y antiguas haciendas henequeneras, safaris nocturnos para ir a "atrapar" cocodrilos, pero sólo para contabilizarlos.
En esta región del Golfo de México desintoxicas tu mente; vuelves a nacer.
En la Ciudad de México: 55 68 82 46. Recepción del Hotel: (988) 916 21 00
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Izamal
Un encanto de Pueblo Mágico, de calles empedradas y pintado de amarillo. Es un verdadero tesoro colonial fundado a mediados del Siglo XVI sobre los vestigios de una antigua ciudad maya.
Izamal se hizo famoso, entre otras cosas, por haber recibido al Papa Juan Pablo II, en agosto de 1993, en el atrio monumental del Ex Convento de San Antonio de Padua. Aquí mismo se realiza un espectáculo de luz y sonido. Qué hacer: alquilar una bici, visitar la zona arqueológica, conocer al cronista del pueblo y recorrer el Centro Cultural y Artesanal Izamal.
De Celestún a Izamal: tiempo estimado de recorrido, 2 horas y 15 minutos; Mérida, una hora.
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Kayak en manglares y salinas
Después del amanecer se lanzan los kayaks al agua y se inicia la remada sobre aguas pantanosas. Disfruta del paisaje hipnótico de los manglares, del aroma de la naturaleza, del vuelo de cormoranes, gallaretas y otras especies de aves marinas y no te preocupes si vas o no al ritmo de tus compañeros.
En agosto, estas salinas estaban tan secas como el desierto. Pero en esta temporada es diferente. Ahora se pueden ver crustáceos, ranas y tortugas. El itinerario incluye un bosque petrificado de mangles blancos, cuyas raíces profundas absorbieron la sal que conserva su aspecto.
Las salinas se encuentran dentro de la Reserva de la Biósfera de Celestún.
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