El uso de la marihuana como estimulante del sistema nervioso y remedio empírico para otros males, no es nuevo en México. Baste recordar que fue utilizada durante la Revolución Mexicana, enardeciendo a los combatientes o como remedio para los dolores de huesos entre los ancianos que la mezclaban con alcohol alcanforado y si era posible con peyote, frotándose con el fermento las articulaciones dolorosas, obteniendo efectos analgésicos que luego descubrieran algunos deportistas.
Ha sido estudiada durante mucho tiempo y de ella se tiene conocimiento sobre sus efectos en el sistema nervioso central, estimulando la producción de neurotransmisores, -caso de la dopamina- aceleradores que generan sensaciones de bienestar y euforia.
También sabemos que es provocadora de muerte neuronal, que se refleja en el aletargamiento intelectual de los consumidores, observando en ellos pérdida de memoria, dificultad para la pronunciación y deficiencias de la concentración. También es inmunosupresora; no por nada, les dicen a los fumadores de la cannabis, frases como: "¡te vas a quedar menso!"
Sus efectos analgésicos, a partir de la baja de sensibilidad corporal, han llevado a estudiarla con fines terapéuticos en enfermedades como cáncer o aquellas que afectan al sistema músculo esquelético. Quienes no presentan los efectos de cansancio por el esfuerzo físico intenso o muestran insensibilidad al dolor físico, reciben como comentario: "andará marihuano".
Debo escribirle que en la actualidad la medicina humana tiene mejores armas terapéuticas, sin provocar mayores efectos secundarios o crear farmacodependencia, de ahí que no sea prescrita por los facultativos.
Un renovado revuelo sobre su legalización en México, ocupa muchos espacios informativos; la propuesta, promovida por el expresidente Fox, más como arma mediática para reposicionar su persona y grupo, secundada por algunos partidos minoritarios, generó tal presión, que ahora se organizarán mesas de discusión para estudiar los beneficios que derivaría legalizarla y ser administrada por el Estado. Habrá que considerar: salud, economía y seguridad social.
De nuevo vamos años atrás en la investigación científica y las propuestas de beneficio social; dejamos pasar de largo la experiencia internacional de algunos países, como los Estados Unidos, donde la han legalizado y la venden con aparentes controles, caso de California; otros, europeos, la distribuyen y últimamente latinoamericanos, como Uruguay, se suman a los permisivos.
Todos ellos no han podido cuantificar los beneficios sociales y en salud, debiendo enfrentar problemas de distribución, abuso entre menores que tienen mayor acceso a la droga y el efecto "rampa" para consumir otras más duras.
Si se quiere legalizar el consumo de la marihuana, deberemos considerar factores que influirán para que la medida se transforme en negativa, entre ellos: los efectos sociales que generará su libre venta, al darles mayor acceso a menores y transformarnos en una "isla" de permisividad; recuerde cómo los jóvenes norteamericanos viajan en primavera a las playas mexicanas, atraídos por el fácil acceso - incluidos menores de edad- al alcohol y otros estimulantes; sume los problemas de alteración del orden público, violencia y hasta violaciones, que se incrementan en esas fechas.
Claro que hay ingresos de dinero turístico, pero no olvide que sale "más caro el caldo que las albóndigas". La medida, en caso que se diera, tendría que ser universal, difícil cuando ya varios países se han negado a tomarla, argumentando sólidamente.
El aparente control del Estado no contendría al productor y narcotraficante, sólo se transformaría la relación en cliente-proveedor y debería enfrentar una guerra de mercado, en donde el costo-beneficio entraría en funciones. ¿Más corrupción?
Es sabido el efecto nocivo en el sistema inmunológico y en las vías respiratorias. ¿Cuánto le costará atenderlos al sistema mexicano de salud?
Es conocido el efecto indeseable que provoca en el medio laboral; el drogadicto tiene menor productividad, mayor tendencia a la violación de reglamentos internos y agresividad con compañeros y superiores. Transforme el efecto negativo a pesos y centavos.
En el medio educativo, también será factor para el bajo aprovechamiento académico, simplemente por los efectos secundarios al sistema nervioso central. Me pregunto: ¿cómo afectaría nuestros propósitos para ascender a mejores puestos en la escala internacional en temas de escolaridad y calidad en formación integral?, y ¿cuánto costará en términos de deserción o repitentes escolares?
Desgraciadamente habrá que incluir la grave corrupción de buena parte de los nacionales, que verán una enorme veta de oportunidades con la legalización de la marihuana.
Si el drogadicto puede portar cierta cantidad de gramos en sus bolsas, el paso siguiente será el abuso y para la Policía corrupta el gran negocio. ¿Recuerda la técnica del bote de manteca?
Esperemos que no apliquemos medidas poco reflexionadas, como ya se hizo en el D.F. con el aborto y en algunos estados del país con la legalización de matrimonios del mismo sexo y su derecho a la adopción. Enterémonos y participemos en la toma de la decisión.
ydarwich@ual.mx