Más allá de la estatura
La talla baja es el principal síntoma del déficit de la hormona del crecimiento. El problema se puede corregir o de lo contrario la persona puede tener un retraso en su desarrollo corporal o una estatura menor a la que podría alcanzar y aunque no tiene consecuencias significativas en muchos casos afecta el autoestima.
El concepto se emplea cuando el individuo se encuentra por debajo de la estatura promedio para una persona de su misma edad y sexo.
La hormona del crecimiento sirve para el desarrollo de las estructuras del organismo, como el crecimiento muscular y de los tejidos.
Su nombre científico es somatostatina, se produce en la hipófisis que se encuentra en la base del cerebro y es la glándula endócrina encargada de regular la producción hormonal.
De acuerdo a la edad del individuo se produce esta sustancia y va permitiendo el desarrollo del organismo del individuo.
El déficit en la producción es más notorio cuando se entra a la etapa de la pubertad, pues en el caso de las niñas retarda la aparición de la menstruación y los cambios que conlleva como el crecimiento de las mamás y caderas, mientras que en el de los varones el desarrollo de los genitales, el engrosamiento de los músculos y la aparición del vello púbico, además de que en ambos persiste la baja estatura.
El déficit de la somatostatina es multifactorial, puede ser que el problema de la hipófisis sea de nacimiento o bien que no se produzca en forma adecuada a consecuencia de tumores, traumatismos (golpes) cerebrales y tratamientos de radiación en el cerebro por cáncer, que ocasionan severos daños a la hipófisis y disminuye la secreción de la sustancia.
¿Bajito o con deficiencia?
La falta en la producción de esta hormona se genera desde la niñez por lo que generalmente son los médicos pediatras los que detectan esta deficiencia.
“Como pediatras llevamos el crecimiento y desarrollo de los niños, les damos el seguimiento y vigilancia de su peso y talla, cuando detectamos que están por debajo de los parámetros establecidos es talla baja y puede obedecer a la falta de la somastotatina, cuando están por encima entonces tienen gigantismo”, dice Salvador Pulido Díaz, pediatra.
Para esto los pediatras se basan en unas gráficas creadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que contienen los patrones de crecimiento infantil “idóneos”.
Se les denomina gráficas de percentiles y sirven al pediatra para comprobar y comparar que el crecimiento y el desarrollo adecuado de los niños y niñas.
Los pequeños con deficiencia de hormona del crecimiento tienen una tasa de desarrollo lenta o pareja de 5 centímetros por año y con frecuencia se manifiesta hasta que cumplen el segundo año de vida.
Sin embargo, el crecimiento de su cuerpo es proporcional, por lo que la única diferencia visible es la estatura, además de que con frecuencia su cara luce más joven a la del resto de sus compañeros de la misma edad.
Salvador Pulido Díaz explica que cuando la gráfica muestra un desarrollo por debajo de lo establecido, primero se realiza una evaluación, pues no siempre es a consecuencia de la falta de la hormona del crecimiento.
El especialista investiga talla de papás y hermanos, pues se puede tratar de una talla genética, también solicita el peso de nacimiento y la talla, que también influye.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social, se estima que, alrededor del 60% al 90% de los pacientes con retraso constitucional del crecimiento, tienen antecedentes familiar de retraso puberal en uno o ambos padres, el retraso es mayor cuando los dos progenitores lo presentaron.
Con respecto al peso y talla al nacer, el IMSS señala que entre el 2.3% y el 10% de los niños al nacimiento son pequeños para edad gestacional y el 15% de éstos niños no logra alcanzar un adecuada recuperación a los 2 años, lo cual se asocia con la manifestación continua de talla baja.
Además se toma en cuenta la alimentación, debido a que la deficiencia de algunas sustancias por falta de una alimentación adecuada, ocasiona un bajo desarrollo y esto se corrige con una dieta balanceada.
Sin embargo, en los casos en donde no se encuentra el motivo entonces se canaliza para realizar una prueba de laboratorio con la intención de medir la producción hormonal.
El encargado de realizarla es el endocrinólogo pediatra quien hace un análisis de la presencia hormonal en la sangre para evaluar los niveles de producción existentes.
Según Pulido Díaz, si el resultado arroja 5 miligramos por mililitro de sangre entonces no existe tal deficiencia, sin embargo cuando los niveles salen por debajo de esta medida entonces hay problemas.
Para la baja producción de la hormona del crecimiento existe tratamiento médico con un amplio porcentaje de éxito.
“Hay preparados de hormona de crecimiento sintético la dosis que se da es de .2 miligramos por kilo, vienen en pastillas y estas se dan por la noche o bien pueden ser inyectados”, dijo.
El tratamiento generalmente no tiene efectos secundarios, aunque ocasionalmente se presentan dolores de cabeza, malestares articulares y dolor en los genitales, nada de esto es de gravedad.
Entre más pronto mejor
El especialista resalta que en cuanto más pronto se inicie el tratamiento, mayor será la probabilidad de que un niño crezca hasta alcanzar una estatura adulta cercana a lo normal.
Algunos niños crecen hasta 10 centímetros durante el primer año de tratamiento y más de cinco los dos años posteriores. Luego los niveles de crecimiento se van equilibrando.
El costo del tratamiento es elevado, sin embargo afortunadamente instituciones de seguridad social como el IMSS y el ISSSTE lo brindan a su derechohabiencia.
En el caso de las personas de la enfermedad conocida como acondroplacia que causa el llamado enanismo, explica que éste se trata de un problema genético que no se puede corregir y que la diferencia estriba principalmente en que el desarrollo estructural es mucho menor al que causa el déficit de la hormona del crecimiento, además de que las características físicas son diferentes.
¿La fórmula de la eterna juventud?
El uso de la hormona del crecimiento no se limita a un aumento de talla para los niños y jóvenes, sino también se hace con fines estéticos.
Aproximadamente a los 35 años de edad el cuerpo deja de producir la cantidad adecuada de somatostatina, lo que causa que algunas funciones del organismo vayan en declive, por lo que se cree que al estimular su producción, causa una reactivación que repercute en un mejor funcionamiento del organismo.
Sin embargo, el especialista dice que científicamente esto no se ha comprobado por lo que no lo recomienda.
Lo que exhorta es a revisar periódicamente a los infantes para detectar y tratar esta y cualquier otra deficiencia que se pudiera presentar y de esta manera corregirla con oportunidad.