Los jefes en las empresas desconocen la capacidad de más del 50% de sus empleados y sacar a la luz el talento es una obligación esencial. Así como cuando se compra un equipo de proceso para la empresa, se pretende que sea aprovechada su capacidad al 100%, el talento de los empleados y trabajadores también se debe utilizar al máximo posible. Hay que animar al personal a explotar todo su potencial, de lo contrario, no aprovechamos un activo que se puede convertir en irrecuperable cuando se vaya a las filas de la competencia.
Son muchos los casos en los que un profesional abandona su puesto y se va a la competencia. ¿Cuál fue el motivo? Su jefe decidió contratar a otro para encabezar un nuevo proyecto dentro de la organización. Esta es la historia de muchos directivos, jefes o trabajadores que se van con su talento a otra parte. La mayor parte de las veces, estos directivos, jefes o trabajadores que se van, se dedican a hacer su labor lo mejor que pueden y ello permite muchos logros que de otra manera no se lograrían, pero nadie los ve, pasan por la empresa sin pena ni gloria hasta que un día se hartan y deciden emigrar a otra empresa que valore más su trabajo y que aproveche más su talento. De nuevo, descubrir ese talento, ese potencial oculto, es una obligación para las empresas, y más hoy, que los más valiosos están muy escasos.
Cuando se aprovecha el talento de las personas, la empresa recibe importantes beneficios: se genera valor agregado para los clientes y para la propia empresa, se poseen destrezas de alto valor, se tiene un conocimiento profundo del trabajo y una manera especial de provocar el modo de como las cosas pueden suceder. La variable más importante que determina el éxito de una empresa muy por encima del capital, la tecnología y otros factores, es el talento de los empleados, y más hoy, en este entorno incierto, de mucha competencia y de muchos cambios, el talento se convierte en un salvavidas que puede marcar la diferencia entre una empresa que sobreviva y otra que no lo logre.
Cuando se aprovecha el talento de las personas, se descubren nuevos productos, se encuentra la forma de mejorar los servicios y los procesos, se generan nuevas líneas de negocio y de ingresos. El talento de las personas simplifica los procesos de producción, los mejora, crea otros nuevos y también se mejora la organización de grupos y proyectos reduciendo los costos y mejorando la calidad. Cuando se le da oportunidad a las personas para que apliquen su talento, se centran más en su trabajo, son más productivas, aprovechan mejor su tiempo, su influencia es más positiva y sobre todo, se sienten bien, son más felices.
Para aprovechar el talento de la gente en las empresas, es muy importante fomentar la cultura del fracaso. Así como un niño que durante el proceso de aprender a caminar, se cae un buen número de veces, las empresas deben tolerar los errores sin adoptar medidas drásticas ante cualquier tropiezo. Se debe enseñar al personal a aprender de esos fracasos y darle a la gente responsabilidades retadoras con recursos de apoyo que les permitan tomar decisiones.
A menudo se culpa a los empleados de falta de eficiencia y creatividad, pero también con mucha frecuencia, los jefes comparten estos pecados. Se ha comprobado que, por lo general, solo uno de cada seis mandos es bueno y conoce y fomenta el uso del talento de su gente. El resto, son jefes tóxicos, no aprovechan a la gente que los rodea, ocultan información o no la dan completa, y sólo buscan su propio beneficio. Lo anterior crea abstencionismo emocional en los empleados, por eso nos debemos asegurar que los jefes pongan toda su energía en potenciar lo mejor de sus empleados.
Las empresas que desconocen qué tipo de talento tienen sus empleados, no aprovechan al máximo la vinculación que hay entre los trabajadores, la rentabilidad y las operaciones del negocio. En estudios recientes en Europa Occidental (2012, Reino Unido, Alemania y Francia), se encontró que el 95% de las empresas reconocen que el aprovechamiento del talento de sus empleados puede mejorar su rendimiento y su éxito financiero. Sólo un 24% de las empresas estudiadas está "muy satisfecho" con el conocimiento que tienen sobre el talento de su fuerza de trabajo.
Respecto a la detección del talento en la propia empresa, ésta debe ser una tarea, no sólo de recursos humanos, sino de todos los mandos medios y superiores. Los métodos dependen del tamaño de la propia empresa. Esta labor es muy difícil, pero sumamente importante. Como jefes, ¿Nos hemos puesto a pensar cuántos empleados de un talento desconocido para la empresa o incluso para ellos mismos, están desarrollando trabajos rutinarios, aburridos y poco productivos? ¿Cuál es el beneficio para ellos y para la empresa si se descubren esos talentos?
¿Qué beneficio obtuvo del talento de Albert Einstein la oficina de patentes de Berna durante los tres años que trabajó en ella? El talento de Albert era enorme, pero totalmente improductivo para la empresa que ni siquiera lo supo detectar, mucho menos encauzar. Una herramienta que es muy efectiva para descubrir talentos ocultos en la empresa es el plan de formación -cuando lo hay-, conociendo los cursos en los que cada empleado está interesado, podemos saber qué tipo de conocimientos y habilidades le atraen, y dando seguimiento al curso podemos saber si es destacado en esa materia y hasta que nivel. Una empresa que capta y cultiva el talento es más rentable, tiene mejor futuro y su plantilla vive mejor y más feliz.
jgonzalez2001@hotmail.com