Lo que era una tranquila tarde de juegos en casa de los abuelos se convirtió en una tragedia para una familia de esta capital: un niño de 11 años mató accidentalmente a su primo de seis, al dispararle en la cabeza con una pistola calibre .38 que halló en un clóset.
Este es el segundo hecho violento en el que menores de edad mueren tras recibir disparos de forma imprudencial en su domicilio en lo que va del año, en Chihuahua.
De acuerdo con la Fiscalía, las primeras declaratorias indican que los niños, aprovechando las vacaciones, jugaban en el interior de la vivienda el lunes pasado. En una de las recámaras hallaron el arma, la cual comenzaron a manipular sin saber que estaba cargada.
Miembros de la familia oyeron la detonación y corrieron a la alcoba donde yacía Santiago en medio del cuarto, con sangre en la cabeza.
Sin esperar a la ambulancia el niño fue trasladado a una clínica del ISSSTE. Horas más tarde los médicos decretaron su muerte, por la gravedad de las lesiones nada pudieron hacer para salvarlo.
La Fiscalía General informó que las investigaciones serán suspendidas en tanto terminan los funerales del menor, y posteriormente continuarán los interrogatorios.
La corporación dijo que el Ministerio Público indagará la veracidad de los testimonios y de confirmarse, no habrá cargos contra quien disparó ni el resto de la familia.
"Por su edad el menor es inimputable, en tanto que a la familia lo único que se les puede señalar es no registrar la pistola ante la Sedena. El calibre del arma es permitido, por lo tanto tampoco habría delito en ese sentido", detalló el área de Comunicación Social de la Fiscalía de Chihuahua.
SEGUNDO CASO EN EL AÑO A pesar de la intensa campaña de despistolización que se aplica desde hace varios años, todavía se presentan muertes imprudenciales por disparos en el hogar.
