Señoras y señoras, no todos los verbos significan lo mismo. Hay verbos más significativos, válidos y que ofrecen una condición temporal. Vamos a ver, ¿por qué hablamos de esto?
El verbo equivocarse se aplica cuando uno calcula mal, cuando uno marca un número mal, cuando un jugador falla un gol clarísimo, pero en el futbol mexicano no significaría lo mismo.
Estaba equivocado al nombrar al "Chepo". Me equivoqué al nombrar a Tena como su sucesor o me equivoqué al mantener la confianza en el proceso de clasificación. Todas esas frases o atributos sobre el verbo "me equivoqué" están destinadas al que maneja el futbol.
En este caso aparece la cara de Justino Compeán, quien se ha equivocado siempre. El error puede darse al adoptar la decisión o al nombrarle "me equivoqué" porque el elegido era en realidad otro. Eso fue lo que sucedió, se equivocaron con "Chepo" cuando el elegido era Vucetich y finalmente la equivocación los llevó a rectificar y terminar con Vucetich. Son dos palabras y es un verbo pretérito perfecto simple, así de fácil, para aquéllos que saben hablar el castellano bien.
Ahora, también sirve para decir "he estado equivocándome todo este tiempo al tolerar lo que iba sucediendo y nunca pude prever el descalabro que venía encima del futbol mexicano", en lugar de decir, "quizá me confundí y en esa confusión no se nombró al técnico ideal".
Uno se pregunta hoy, ¿dónde está el "Chepo"? ¿Dónde está Tena? ¿Dónde está el cuerpo técnico de la Selección? Desapareció de la noche a la mañana y previó una buena liquidación, que también es una gran equivocación financiera.
Si desde el partido frente a Jamaica se dan cuenta que se equivocaron, perdonemos el partido ante Jamaica, los tres empates, pero nadie se da cuenta de la equivocación, todo mundo piensa que en cualquier momento va a venir un mago y sacar al futbol mexicano de las tinieblas, de la peor Selección que se ha tenido de entre otras más, va a borrar la palabra me equivoque, nos equivocamos y va a clasificar al Mundial por arte de magia al equipo nacional.
Ahora, el pobre Vucetich, sujeto de una gran equivocación, tiene que salvar y hacer una milagrosa recuperación de la Selección y en este caso ya no se puede decir que alguien se equivocaba sin saber que se estaba equivocando y se había equivocado muchas veces, que en el ser humano pasa muy seguido o nos pasa muy seguido, es normal, pero equivocarse de esta forma es de anormales, de gente que definitivamente no sabe dónde está y que cree que todo lo puede arreglar el dinero.
Nada más falta que le quieran imponer a Vucetich a un medio de contención de gran rapidez, habilidad y movimiento como el "Canelo" Álvarez para que la Selección salga adelante, en otra gran equivocación.
Y de equivocaciones en equivocaciones viene la justificación, la técnica de la manipulación y viene un montón de cosas que envuelven la posibilidad de un gran fracaso, si no haga las cuentas, Vucetich le puede ganar a Panamá pero Honduras en casa le puede ganar a Costa Rica y entonces México cerraría en Costa Rica, quien le puede ganar a México y mandar al repechaje a la Selección, que tendría que jugar contra Nueva Zelanda y viajar miles de kilómetros hasta Oceanía para enfrentar a una isla que juega al futbol, y afortunadamente no es rugby, porque los neocelandeses son campeones mundiales en rugby, en futbol no lo son, pero en el Mundial de Sudáfrica, en un grupo donde estaba Italia, Paraguay y Eslovaquia, se fueron sin perder, empataron los tres partidos, algo sabrán de jugar futbol.
Ahora se habla de que a Vucetich ya le quieren poner jugadores. Que Oswaldo Sánchez, que Rafael Márquez, otra gran equivocación, dejar escoger al técnico, que por lo menos es prudente, lleva años, es experimentado y un veterano que se equivoca mucho menos que los grandes directivos.
Lo que cuesta una equivocación, un Mundial de futbol, así de fácil.
jrfernandez@reforma.com