Una ciudad fronteriza de apenas 212 mil habitantes según el Inegi llegó a ser la segunda más violenta del país. Esto lo dijo José Ángel Hernández Barajas, panista, cuando era presidente municipal, quien advirtió que Nogales tenía índices de homicidios por cada 100 mil habitantes sólo detrás de Ciudad Juárez y por arriba de Tijuana, Culiacán y otras ciudades de mayor tamaño y con mayor reputación de violencia.
El pico de homicidios se registró en 2010. En ocasiones se generaron balaceras en las calles conforme dos grupos se disputaban el control de las rutas de transporte de droga. A partir de 2011 la violencia se ha esfumado. "Hoy Nogales está casi demasiado tranquilo", me dice un empresario de la localidad.
Los gobiernos municipal, estatal y federal se atribuyen el descenso de la violencia. Distintos operativos han efectivamente ayudado a mejorar la situación. Un régimen municipal con pocos recursos y una deuda de 600 millones de pesos, encabezado desde 2012 por el priista Ramón Guzmán Muñoz, busca mejorar la Policía y equiparla. Pero no falta quien diga que la caída en la violencia no es obra de la Policía sino de que los narcos ya se mataron entre sí o un grupo es ya vencedor en la batalla de Nogales.
La ciudad se ubica en una zona árida de la frontera y ha sido desde el siglo XIX, antes de su fundación formal como ciudad en 1920, un centro de comercio y distribución de productos con destino a los Estados Unidos. La industria maquiladora ha sido la fuerza de crecimiento en las últimas décadas. Nogales es hoy la ciudad industrial por excelencia de Sonora. Más de 110 operaciones maquiladoras generan arriba de 35 mil empleos formales, lo cual sugiere, como dicen los lugareños, que la población real es superior a los 212 mil que calcula el Inegi.
La comunidad es afectada por malas decisiones del Gobierno federal. Un retén militar en la carretera que viene de Hermosillo detiene a transportes de carga y autobuses de pasajeros. Los camiones son retenidos durante horas, lo que pone en peligro el abundante comercio de hortalizas de invierno de Sinaloa para el mercado estadounidense. Los pasajeros de autobuses son bajados y revisados físicamente con su equipaje. Curiosamente, la revisión es mucho más ligera para los automóviles de pasajeros.
En el lado estadounidense, con una inversión de 250 millones de dólares se está ampliando el puerto aduanal de Mariposa; se busca volverlo uno de los mayores y eficientes de la frontera. El proyecto es necesario. En 2012, 339 mil camiones pasaron por las instalaciones de Mariposa, un récord. Además 657 trenes cruzaron por el vecino puerto de DeConcini con dirección al norte. Un total de 8.9 millones de personas atravesaron la frontera en Nogales.
Del lado mexicano se mantiene un verdadero embudo que hace que el cruce dure varias horas, lo cual disminuye la competitividad de las maquiladoras. Los empresarios locales exigen una ampliación de las instalaciones y un mejoramiento del actual corredor fiscal que lleva de la frontera a la aduana.
Nogales sufrió un golpe muy fuerte con la crisis de 2008-2009, pero hoy parece estar en ebullición. Además de la maquila, la ciudad busca recuperar la actividad turística. Un nuevo y atractivo Museo de Arte ha sido inaugurado en un restaurado edificio de Mario Pani. Se ha generado un nuevo turismo médico y de clínicas dentales por los precios atractivos y la buena calidad de los especialistas mexicanos.
Los nogalenses piden que el Gobierno federal haga la parte que le corresponde o que por lo menos no estorbe más en el esfuerzo de la ciudad por mejorar su nivel de vida.
GAS PRIVADO
La construcción de un gasoducto con inversión privada japonesa de Tucson a Mazatlán permitirá al noroeste del país acceso a gas estadounidense mucho más barato. Pero necesitamos también inversión privada para producir gas dentro del país y reducir la importación.
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