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Mexicana burla seguridad de Bieber

RECORRE UNA LARGA DISTANCIA

Sorteando enfurecidos guardias, una de las fanáticas del cantante lo ‘cazó’ durante sus vacaciones en la Riviera Nayarit.

Sorteando enfurecidos guardias, una de las fanáticas del cantante lo ‘cazó’ durante sus vacaciones en la Riviera Nayarit.

EL UNIVERSAL

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Tepic, Nayarit.- Justin Bieber escogió a Punta Mita en la Riviera Nayarit para sus vacaciones de fin de año y un puñado de temerarias fans nayaritas se dieron a la tarea de 'cazarlo' sorteando kilómetros de arena, un sol abrasador y enfurecidos guardias.

Dulce es una secundariana tepicense de 13 años de edad quien como millones de adolescentes en el mundo es fan del joven cantante canadiense, que es un fenómeno en la redes sociales. Ella es una auténtica "belieber" como se proclaman las seguidoras de Justin.

Dulce abrió su cuenta de Twitter (@DulceGuerra_B) solo para unirse a los 32 millones de seguidores de Bieber y estar al tanto de sus tuits, así como de los clubes de fans. Fue en esa red social donde se enteró que su ídolo estaba en las playas de Punta Mita, a tan sólo 150 kilómetros de Tepic y 30 de Puerto Vallarta.

Y es que una mujer, al parecer trabajadora de alguna empresa local, se fotografió con Justin y su novia Selena Gómez para luego subir las imágenes a Facebook causando gran revuelo en las redes sociales.

Casualmente los papás de Dulce estaban en Puerto Vallarta y ella consiguió el permiso para viajar junto a Mónica, su mejor amiga y tuitera también (@MoniGlez_Bieber), a esta región turística de Bahía de Banderas que comparten los estados de Nayarit y Jalisco, cuyo lado nayarita es conocido internacionalmente como Riviera Nayarit.

 FAN DE HUESO COLORADO "Estoy respirando el mismo aire que Justin" escribió Dulce en Facebook cuando, emocionada, se unió a unas 30 seguidoras del cantante que se apostaron en la puerta principal del exclusivo hotel Four Seasons, esperando que saliera a saludarlas.

Las horas pasaron y terminaron por creer lo que los empleados les dijeron desde el principio: "Justin no está en el Four Seasons, está en otra parte de Punta Mita".

Dulce, Mónica y una tercera "belieber", apoyadas por sus padres, decidieron ir a 'cazar' a su ídolo a como diera lugar. Preguntaron, indagaron, suplicaron, lloraron, insistieron. Los trabajadores de los resorts y villas de descanso eran la mejor fuente.

Para la media tarde de ese inolvidable domingo 30 de diciembre de 2012 ya tenían los datos suficientes: Justin estaba en una de las casas privadas conocidas como "Ranchos de Punta Mita", a la que podían acceder caminando por la playa ya que por los accesos principales era imposible flanquear al personal de seguridad.

Tras una caminata de casi dos kilómetros, se toparon con un primer guardia que les quiso prohibir continuar. Pero uno de los papás de las decididas fans, abogado de profesión, alegó que las playas eran públicas y propiedad de la nación. El amedrentado vigilante cedió con la condición de que cruzaran rápido la propiedad, no tomaran fotos, ni molestaran a los huéspedes.

"Al primero que vimos fue a Ryan Butler (de short azul) el mejor amigo de Justin, no lo podíamos creer", relata Dulce. "Le gritamos y nos saludó, se subió en una moto acuática y se fue a pasear".

Entonces apareció Justin. Vestía bermuda con cuadros amarillos, verdes y blancos.

 CASI SE DESMAYAN

El acelerado latido de sus corazones casi les impide sacar sus cámaras para fotografiarlo.

El joven cantante respondió a los alaridos de las chicas con un breve saludo para luego subirse también a su propia moto acuática para ir a alcanzar a Ryan.

Luego bajó a la playa el rapero afroamericano Lil Twist, otro íntimo del canadiense, el único que sí se acercó a las muchachas a saludarlas directamente y a pedirles cortésmente en inglés que "dejaran descansar a Justin".

Selena Gómez, la novia de Bieber, fue la que no se dejó ver. Las oficinas de convenciones de Puerto Vallarta y Riviera Nayarit confirmaron la presencia de ambos el 31 de diciembre.

Pronto, un enjambre de enojados guardias de seguridad rodeaba a las osadas "beliebers" nayaritas. Les querían quitar las cámaras para borrar las fotos tomadas. No pudieron. Dulce, Mónica y las demás chicas se retiraron satisfechas. Lo habían logrado. "Lo conocí, ¡bien chorreada!... lo soñé y lo logré", dice Dulce. "Justin me hizo creer en los sueños", agrega Mónica. Los Ranchos de Punta Mita tendrán que cambiar de empresa de seguridad.

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