Los jugadores de la Selección Mexicana llegaron ayer en silencio a la capital de Costa Rica. (Jam Media)
Otro milagro, sólo piden eso. Presenciar aquella mágica chilena de Raúl Jiménez alimentó su fe, la que les permite soñar con clasificar directo a la XX Copa del Mundo.
Los futbolistas de Víctor Manuel Vucetich reconocen que sería una hazaña, pero ninguno la descarta. Lo primero es imponerse hoy martes en Costa Rica, donde suman tres victorias seguidas y no pierden desde hace 20 años. El resto, en manos de un representativo eliminado, aunque jamás ha perdido en casa con Honduras.
Última jornada del hexagonal final de la Concacaf, a la que la Selección Mexicana llega con vida, pese a sólo ganar dos de los nueve duelos que ha jugado (cinco empates y un par de caídas).
Igualar otra vez, le garantizará la penosa reclasificación ante Nueva Zelanda, pero entraría directo si gana y los catrachos caen en Kingston. Alguno de los dos cotejos debe terminar con, al menos, un par de goles de diferencia. Combinación a la que se aferran "El Rey Midas" y sus hombres.
"No nos sentimos seguros de algo. Tenemos que ganar", sentencia Javier Hernández. "Aún hay una muy ligera esperanza de poder clasificar directo, por los goles... Y la buscaremos".
Buscar el empate no está en sus planes, por más que les asegure ir al fin del mundo a buscar uno de los últimos tickets disponibles para el Mundial.
El capitán Rafael Márquez aconseja "tratar de conseguir los tres puntos. Nos pueden dar la clasificación segura al repechaje y hasta poder esperar un resultado que nos dé el pase directo".
"Iremos con todo, pensando en sacar los tres puntos", respalda Jiménez. "Sabemos que, con uno, estamos en el repechaje, pero tenemos la intención de clasificar directos si (por ahí) se da el resultado de Honduras".
El problema es que su rival no tendrá un ápice de compasión. Atentaría contra su naturaleza.
LOS QUE NO PIERDEN LA FE
"Ellos tienen cero presión y van a tratar de hacer un partido especial para su gente, pero nosotros [estaremos] enfocados a lo nuestro. Queremos pasar directo, todavía se puede", presume Guillermo Ochoa. "[Hay que] tratar de jugar como si estuviéramos en casa: proponer, tener el balón, ir al frente y contar con esa paciencia para lo que nos podamos topar".
La tuvieron ante los canaleros y se dio el milagro. ¿Por qué no soñar con otro?.