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México y Asia

JULIO FAESLER

Entre todos los países de América, el nuestro es el que goza de precedencia histórica en lo que se refiere a relaciones con Asia. Fueron las naves que zarparon de Acapulco llegando a la Bahía de Manila, durante dos siglos y medio que tendieron las primeras relaciones. La Nao de la China llenaba cada año las ferias de Acapulco y Xalapa así como del Callao en Perú, con las telas y especias. Durante tres siglos las Filipinas fueron administradas desde México.

Hoy, Asia se proyecta como la región de crecimiento más dinámico. El desarrollo de México estará cada vez relacionado con la ola de la vasta producción y la pujanza de las inversiones de varios países de "oriente".

Las relaciones con China presentan un caso especial y son necesariamente complejas. Es evidente que la acción de sus empresas puede contribuir al desarrollo de algunos sectores productivos mexicanos. Por otra parte, empero, la arrolladora exportación de sus productos, a precios a veces hasta por abajo de costos normales, lastima a muchas empresas mexicanas. No podemos manejar nuestra relación en semejante clarooscuro que obliga infructuosamente a defender el empleo de los mexicanos que quedan desplazados por los productos chinos. Es indispensable llegar a acuerdos que disciplinen su actuación.

Con Japón, el acuerdo comercial firmado en 2004 es un ejemplo de lo que puede intentarse con una comunicación que busca equilibrar los intereses económicos y políticos de cada parte. El creciente mercado para nuestros productos agropecuarios coincide con las inversiones japonesas en México por más de 10,000 millones de dólares mismas que a la vez explican la gran importación, desequilibradora de la balanza, de componentes japoneses que alimentan a las empresas que operan entre nosotros.

Es con la India donde está pendiente firmar un acuerdo comercial de amplio espectro que complemente y respalde la creciente actividad de empresas de ambos países.

La India importó productos mexicanos en 2011/2012 por un valor de 2,577,650 USD mientras que le vendimos 1,367,370 USD. Nuestro petróleo crudo por una parte y los servicios informáticos indios por la otra. El Monumento al Mahatma Gandhi en Chapultepec es una muestra de la relación espiritual y cultural entre los dos países.

Corea del Sur, completa el cuadro de países cuyos productos ya son familiares en los mercados de nuestro país. Corea es el quinto socio comercial de México y el acuerdo de supresión de visas entre los dos países para hombres de negocios es un paso importante. Son 13 los acuerdos bilaterales que sostenemos con Corea del Sur desde 1966. El templo coreano en el Parque de Chapultepec es una muestra de la amistad que nos une.

El inmenso continente asiático abarca más de 40 países, todos los cuales están destinados, por sus dimensiones demográficos y sus recursos naturales, a jugar papeles importantes en los eventos del futuro. Ese crecimiento implica inmensas posibilidades de creación de empleo en nuestras actividades agropecuarias e industriales. No sólo esto, también tenemos que saber responder a la avidez que China exhibe por obtener el dominio de las fuentes de alimentos y materias primas que requiere en grandes cantidades lo que anuncia fuertes inversiones en México para asegurarse esos abastecimientos vía la instalación de empresas comercializadoras, procesadoras o fabricantes.

Hay que tomar en cuenta que las relaciones financieras irán ajustándose al crecimiento del factor asiático dentro de nuestra estrategia. Ante las extremas dificultades que previsiblemente seguirán con Europa, México encontrará en Asia nuevas fuentes de financiamiento.

Las corrientes turísticas no sólo de chinos y japoneses sino de coreanos, vietnamitas, tailandeses hacia nuestros centros más atractivos aumentarán a medida que se extiendan las clases medias asiáticas.

Las futuras relaciones con Asia suponen adecuar los numerosos tratados económico que tenemos firmados con más de 40 países con los que ligan a los países asiáticos entre sí como es son la ASEAN. APTA, BIMSTEC Y SAARC.

Un Acuerdo Transpacífico, promovido por Estados Unidos, que explora la posibilidad de integrar en un solo mercado podría ser firmado por la mayoría de los países que conformamos la cuenca del Pacífico.

Se plantea pues la necesidad de preparar un programa claro de acuerdos que alcancen articular nuestras relaciones al menos para los próximos veinte o treinta años integrando en un esquema coherente las acciones que corresponden a los sectores público y privado. México, primero en llegar a Asia tiene que mantener ahí su presencia.

juliofelipefaesler@yahoo.com

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