Mi hijo siempre tiene mocos
La congestión de la mucosa (rinitis) es uno de los padecimientos más comunes, dice la pediatra de la Secretaría de Salud, Blanca Berenice Serrano Hernández, y hay que diferenciar cuando la causa es una infección o una alergia.
“La rinitis ocurre cuando hay moco constante y espeso y esto no deja a los niños comer o dormir, si el moco es amarillo o verde es provocado por una infección y si es transparente o chicloso puede provocarlo una alergia”, dice la pediatra.
Por definición, la rinitis es un trastorno que afecta a la mucosa nasal y que produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales y en ocasiones falta de olfato.
Los síntomas incluyen estornudos, picazón, cosquilleo en la nariz, nariz tapada o con mucosidad y ojos llorosos o con picazón.
Cuando una rinitis no se atiende a tiempo puede provocar otros problemas de salud como sinusitis o incluso dejar de percibir olores.
“La congestión de la mucosa puede ser causada por la alergia al polen, al polvo o a los animales, también por una infección respiratoria”, dice Serrano.
Puede haber diferentes causas. Un factor provocador pueden ser los alérgenos (sustancias con la propiedad de motivar alergia en ciertas personas) como: el moho, los ácaros de polvo casero, las cucarachas y la caspa de los animales.
También puede ser que se deba a una infección respiratoria viral aguda (resfriado) que en la mayoría de los casos desaparece rápidamente, aunque algunas personas desarrollan las complicaciones de una infección aguda o crónica en los senos paranasales, asociada con el bloqueo del drenaje de éstos.
“Cuando se trata de una alergia se expone el organismo una vacuna, se provoca la desensibilización de manera controlada. En otros casos se controla con antistamínicos (un fármaco que sirve para reducir o eliminar los efectos de las alergias), también se modifica en otros casos la alimentación”, dijo la pediatra, quien dice que el tratamiento puede durar desde meses hasta más de un año.
Entre los alérgenos más implicados, son los ácaros del polvo doméstico así como la saliva, los epitelios u orina de animales (gatos, perros, hámsters) y algunas especies de hongos atmosféricos.
La rinitis alérgica estacional generalmente es fácil de reconocer. Las pruebas cutáneas y los síntomas que presenta la persona pueden ayudar a determinar qué polen está causando el problema.
Si el motivo del trastorno se identifica claramente con un determinado alérgeno, por ejemplo con los ácaros del polvo doméstico, el tratamiento de la rinitis consiste en evitar que la persona que la padece entre en contacto con ellos. En este caso se pueden además tomar medidas preventivas como poner fundas especiales en el colchón, lavar semanalmente con agua a más de 60 grados centígrados la ropa de la cama y quitar las moquetas y alfombras de la casa.
En el caso, por ejemplo, de una alergia al polen se deben mantener las puertas y ventanas cerradas y el aire acondicionado disminuye drásticamente el nivel de polen dentro de la casa.
“En cualquier caso lo principal es identificar qué es lo que causa la rinitis y en base de eso elegir el tratamiento adecuado”, acotó la pediatra.