Mi perro está celoso
No es muy común que los perros se pongan celosos ante la llegada de un miembro más de la familia. Hay dos factores claves para que el compañero canino se desconcierte o altere su comportamiento.
Pero también es sencillo aprender a manejar la situación sin generar situaciones de estrés o temores sin fundamento.
Por lo general los chihuahueños y los french poodle son los más nerviosos ante estas situaciones, ya que por las características de su raza son de los más apegados a las personas porque perciben la mayor parte de las emociones humanas, más cuando comparten la cama, la habitación, los paseos y hasta los horarios de alimento de la familia.
La presencia de un bebé en la familia, que también es la familia de la mascota, suele ser un hecho desconcertante para ésta. Puede dejar de comer, pero en las manos de sus propietarios está hacer que este proceso, que requiere un gran acoplamiento, sea factor unificador, en vez de una carga posterior o una situación que genere percepción de rechazo.
Hay personas que antes de tener un hijo convierten a los canes en sus compañeros inseparables en centro de su amor y atenciones, pero después los rechazan y desplazan al patio, no los vuelven a tocar por infundados temores de generar infecciones al bebé, les molestan los ladridos del animal y en casos extremos, acaban por regalarlos o echarlos a la calle.
La médico veterinario zootecnista, Valeria Martínez Huerta, asegura que “los perros suelen llegar a conocer tan bien a sus amos, que perciben la presencia del bebé en el vientre de la madre. Lo huelen y saben de los achaques. En la medida que se integre a la mascota en la familia de manera normal, en la que el animal relacione al bebé con algo agradable, tal vez hasta dándole premios, el acoplamiento será más sencillo en lo general, no sufrirá, ni se sentirá rechazado’’.
Según Martínez Huerta, “no se necesita mucha psicología canina para darse cuenta si hay cambios de comportamiento del animal, si el solo se relega a un rincón, ya no le hace caso a sus juguetes o no se anima al salir a pasear. Es cuestión de observarlo para ver cómo va reaccionando’’.
La especialista recomienda que se tengan los cuidados básicos, pero que no se maltrate a la mascota, ni se le reprima el ladrido, tampoco es recomendable gritarle. “Es muy importante hacerlo que se siga sintiendo parte integral de la familia, querido y que vea al recién llegado como motivo de felicidad, esto no es difícil, sólo implica un poco de más atención, temporalmente. A la larga será factor de tranquilidad”.
Para finalizar, Martínez Huerta señala que en este tipo de procesos es cuando se valora el respeto que se le tiene al animal, el compromiso para con él. Así como el amor, como un miembro más de la familia, independientemente de la raza y la edad.
Parte de la familia
Ante la llegada de un nuevo miembro de la familia se recomienda:
1.- Tener cuidado con el bebé. Protegerlo, pero no generar rechazo hacia la mascota.
3.- No hay que gritarle o relegarlo al patio.
4.- Con un buen manejo se puede integrar a la mascota a la familia aún con la presencia del nuevo miembro.
5.- Se debe evitar que la mascota relacione al niño con una situación estresante, que le cause sufrimiento o maltrato. Debe ser todo lo contrario.