Me habría gustado conocer a ese pianista.
Una dama de la alta sociedad de Nueva York le preguntó cuánto le cobraría por tocar en una fiesta que iba a ofrecer en su casa. Respondió el artista:
-Mis honorarios son de 3 mil dólares.
-Muy bien -aceptó la mujer-. Pero no se mezclará usted con mis invitados, ni entablará conversación con ellos.
Replicó el pianista:
-En ese caso, señora, le cobraré 500 dólares menos.
Me habría gustado conocer a ese artista.
Sabía ser elegante aun en presencia de la estupidez.
¡Hasta mañana!...