Esta pequeña flor no tiene nombre.
He preguntado cómo se llama, y nadie sabe. Probablemente si a la misma flor le hiciera esa pregunta ella tampoco podría contestarla.
Es pequeñita esta flor, y es azulina. Su azul es tímido; un azul que casi no se atreve a ser declaradamente azul. Y tiene un leve aroma, tan leve que es casi apenas el recuerdo de un aroma.
Yo quiero a esta flor porque pasa inadvertida. Nadie nunca se detiene a verla. A ella no le importa. Pone su tenue nota azul en la grisura de la tierra, y si alguien se le acerca le regala su perfume.
Esta pequeña flor no tiene nombre. No lo necesita. Pero si lo tuviera quizá se llamaría con el nombre de la mujer amada.
¡Hasta mañana!...