La pasión de Cristo y su muerte en la cruz son parte esencial de la fe de los cristianos.
Sin ese sufrimiento no podría darse la redención. Dios se hizo hombre para llevar a los hombres a Dios. Así, la redención es una segunda creación por la cual el hombre se hace nuevo otra vez.
Los teólogos hablaban de la culpa de Adán, y la calificaban de feliz, pues gracias a ella se dio primero el misterio de la encarnación, y luego el de la redención.
Cristo tuvo muerte de cruz, pero resucitó. Si no creemos en eso vana es nuestra fe. A la tristeza del Calvario sigue el gozo de la resurrección. El cristianismo, entonces, es alegría en la fe, en la esperanza y el amor. Más allá del dolor, de todos los dolores, nos espera el gozo de la vida sin final. En ella nos encontraremos todos.
¡Hasta mañana!...