El niño le preguntó a su padre:
-¿Por qué las pelotas son redondas? ¿Qué es la luz? ¿Por qué el cielo es azul?
Le respondió el señor:
-No hagas tantas preguntas. Anda, ve a jugar.
Yo soñé que le preguntaba a Dios:
-¿Quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?
Me respondió el Señor:
-No hagas tantas preguntas. Anda, ve a jugar.
Y aquí estoy, jugando.
¡Hasta mañana!...