El señor y su esposa fueron a cenar en restorán. Al final de la cena pidieron como postre una rebanada de pastel para los dos. El señor partió la rebanada en dos porciones, y tomó la más grande para sí. Eso molestó a la señora. Le dijo a su esposo:
-¿Por qué tomaste la rebanada más grande del pastel?
Preguntó el marido:
-¿Cuál hubieras tomado tú?
-La más pequeña, desde luego -respondió ella.
Y dijo el hombre:
-Pues es la que te di, ¿no?
Dicen que es muy difícil entender a la mujer.
Posiblemente.
Pero también es muy difícil entender al hombre.
¡Hasta mañana!...