El Funcionario del Estado llamó al señor equis y le dijo:
-Te voy a clausurar.
El señor equis, tembloroso, se atrevió a preguntar:
-¿Por qué?
Respondió El Funcionario:
-Porque Yo soy Yo, y tú eres solamente tú.
Se atrevió a protestar el señor equis:
-Yo no he hecho nada.
Le dijo El Funcionario del Estado:
-Si te clausuramos sin que hayas hecho nada, imagina lo que te haríamos si hicieras algo.
El señor equis no quiso imaginar. Se resignó a ser clausurado. El Funcionario le puso unos sellos en la cara y en el pecho. Y así vive hasta hoy el señor equis. Clausurado.
¡Hasta mañana!...