Oí una extraña historia que me hizo reflexionar.
En la iglesia del pueblo se estaba celebrando una misa. Súbitamente irrumpió en el templo un grupo de hombres armados. El que los mandaba dijo a los feligreses:
-Quienes estén dispuestos a dar la vida por su fe permanezcan en sus lugares. Los demás pueden salir.
Salieron todos en tropel del templo. Quedaron en él solamente el sacerdote y media docena de fieles que, aunque temerosos y asustados, no se movieron de su sitio.
Le dijo entonces al sacerdote el jefe de los individuos:
-Muy bien, padre. Ahora que ya se fueron los hipócritas y los tibios puede usted continuar la misa.
Extraña historia es ésa, ya lo dije. Y sin embargo me hizo reflexionar.
¡Hasta mañana!...