Las películas de vaqueros pertenecían a la categoría de lo clásico. Sus personajes eran los mismos siempre: el muchacho, el amigo del muchacho, la muchacha, el villano, el chistoso y el viejito.
El papel del viejito lo hacía con frecuencia un excelente actor llamado Walter Brennan. Conservador a ultranza, sostuvo siempre que la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos y la oposición a la guerra de Vietnam eran cosa impulsada por los comunistas. Se alegró con la muerte de Bob Kennedy, y hay quienes dicen que se puso a bailar una gozosa danza cuando supo que Martin Luther King había sido asesinado.
Walter Brennan era un buen artista. Lo dicen sus películas. Pero no era un ser humano bueno. Lo dice su vida. Y la vida importa más que las películas.
¡Hasta mañana!...