El joven aprendiz de seductor le preguntó a don Juan:
-¿A cuántas mujeres amaste?
-A mil -respondió el sevillano-. A una sola.
-No te entiendo -se desconcertó el muchacho.
Le explicó don Juan:
-Tantas mujeres tuve entre mis brazos que perdí la cuenta. Pero cuando amaba a una no pensaba en ninguna otra. Cada mujer me tuvo todo entero para ella, aunque fuera por una sola noche, por una hora. La gente me llama pecador, pero soy en verdad el hombre más fiel que ninguna mujer ha conocido, pues cuando estaba con una jamás pensaba en otra. ¿Cuántos hombres pueden decir lo mismo?
“¿Un don Juan fiel?” -se rascó la cabeza el aprendiz de seductor. No sabía que en cosas del amor nadie acaba nunca de aprender.
¡Hasta mañana!...