El Funcionario del Estado llamó al señor equis y le ordenó:
-Ponte de cara a esa pared.
El señor equis obedeció.
Le preguntó El Funcionario:
-¿Qué ves?
Respondió, temeroso, el señor equis:
-Nada.
-Bien -le dijo entonces El Alto Funcionario-. En adelante eso que no ves se llamará Transparencia.
Guardó silencio el señor equis. Sabía bien que en el País las cosas eran -y se llamaban- como ordenaban Los
Funcionarios del Estado.
¡Hasta mañana!...