El hombre sin fe estaba en su lecho de agonía. Con voz débil empezó a musitar esa canción que dice: "Poco a poco me voy acercando a ti...".
Le preguntó alguien:
-¿A quién le cantas?
Respondió:
-A la muerte.
El hombre de fe estaba en su lecho de agonía. Con voz débil empezó a musitar esa canción que dice: "Poco a poco me voy acercando a ti...".
Le preguntó alguien:
-¿A quién le cantas?
Respondió:
-A la vida.
¡Hasta mañana!...