Sucedió lo que tenía qué suceder: Adán y Eva comieron la manzana. Lo mejor que se puede hacer para que alguien caiga en una tentación es poner la tentación.
Expulsados del paraíso el hombre y la mujer tuvieron que avivar el seso para poder vivir. ¡Bendita expulsión! De no ser por ella ahora no tendríamos Internet, ni iPhone, ni todo lo demás.
El Señor vio algo que Eva había hecho y le preguntó:
-¿Qué es eso?
-Acabo de inventar el pan -respondió Eva.
-Ah, vaya -dijo el Señor, indiferente.
Pasó el tiempo, y el Señor vio algo que había hecho Noé. Le preguntó:
-¿Qué es eso?
Respondió Noé:
-Acabo de inventar el vino:
Y dijo el Señor con interés:
-¡A ver!
¡Hasta mañana!...