No me distraigan, por favor: me estoy comiendo este durazno.
Igual podría decir: Por favor, no me distraigan: estoy escuchando la Novena de Beethoven. O: estoy viendo los frescos de la Capilla Sixtina.
Este durazno es rojo y encendido como un corazón enamorado, y es dulce como palabra de amor dicha por mujer. Casi me dio pena morderlo, tan perfecta era su forma, tan suave era su piel. Pero es pecado no disfrutar las hermosuras que nos manda Dios, trátese de una mujer o de un durazno.
Démosle gracias al Señor, que nos dio a Miguel Ángel y a Beethoven. Démosle gracias, porque nos dio el durazno y la mujer.
¡Hasta mañana!...