Un grillo está diciendo su canción en medio de la noche.
Ha de ser un grillo enamorado, pues todas las canciones son de amor, aun las que no hablan de amor. Y es que el amor que se dice con palabras es amor, pero el que se canta con música es doblemente amor.
Escucho al grillo, y eso es como escuchar la vida. Amor y vida son una misma cosa. Quienes se apartan del amor se alejan de la vida, y es una muerte la vida sin amor.
De pronto se interrumpe la canción del grillo, y la noche declara su silencio. No me importa: llevo dentro de mí una canción de amor que nunca cesa, ni siquiera cuando la noche llega.
¡Hasta mañana!...