Este hombre está jugando una partida de ajedrez.
La está jugando solo: Él mismo mueve las piezas blancas y las negras.
Sus jugadas son lentas; las medita despacio, las pondera y estudia sus efectos.
Luego mueve una pieza o un peón. Avanza la dama; hace que retroceda un alfil; protege con el enroque al rey.
Termina la partida. ¿Ganaron las blancas o las negras? No lo sé. Quizás hicieron tablas, como sucede casi siempre en el juego entre los hombres y la vida.
Una cosa sí puedo decir, porque la vi: al terminar el juego las piezas han tomado al jugador y lo han metido en una caja.
¡Hasta mañana!...