El Funcionario del Estado hizo llamar al señor equis y le preguntó:
-¿Cuánto pesas?
Respondió, tembloroso, el señor equis:
-45 kilos.
-Eres obeso -declaró El Funcionario-. En adelante pagarás un Impuesto sobre todo lo que comas y bebas, para que ya no bebas ni comas tanto.
Pasaron unos meses, y El Funcionario hizo llamar otra vez al señor equis.
-¿Cuánto pesas ahora? -le preguntó.
-40 kilos -respondió con voz feble el señor equis.
-Sigues siendo obeso -dictaminó El Funcionario-. En adelante pagarás también un Impuesto sobre el aire que respires, para que no respires tanto ya.
De esto han pasado algunos meses. El señor equis pesa ahora 30 kilos. El Funcionario considera que sigue estando obeso, y está pensando ya en otros Impuestos. ¡Hasta mañana!...