Cuando murió Don Juan pensó que se iba a ir al Cielo, pues ya se había acostumbrado a él aquí en la Tierra.
El buen Dios, sin embargo, le dijo que iría al purgatorio.
Otro hombre fue juzgado en seguida. El Señor lo condenó al infierno.
-¿Por qué? -preguntó el réprobo-. Mi vida fue toda de oración, de penitencia y mortificaciones. En cambio Don
Juan fue un pecador que amó a muchas mujeres.
-Por eso lo mando al purgatorio -le respondió el Supremo Juez-.
A ti te envío al infierno porque no amaste a ninguna.
¡Hasta mañana!...