El Señor hizo el invierno.
La niebla se enredó en las desnudas ramas de los árboles, sopló el cierzo, y la nieve pintó de blanco el mundo.
Adán y Eva sintieron frío. Fue a causa de eso que empezaron a cumplir el mandato del Señor de multiplicar la especie.
El hombre, tiritando, le preguntó al Creador:
-¿Para qué hiciste el invierno?
Respondió Él:
-Para que pueda existir la primavera.
¡Hasta mañana!...