Dedica un poco de tiempo cada día a trabajar.
Así justificarás tu presencia en este mundo.
Dedica un poco de tiempo cada día a leer.
Descubrirás así que no hay escuela que pueda enseñarte lo que un rato de lectura diaria.
Dedica un poco de tiempo cada día a orar.
Así aprenderás que no estás solo en el universo.
Dedica un poco de tiempo cada día a reír.
Encontrarás así que sólo los seres inteligentes saben reír, y que más inteligentes son si aprenden a reír a veces de sí mismos.
Dedica, sobre todo, mucho tiempo a amar, y a convertir ese amor en obras buenas.
Así darás felicidad. Así serás feliz.
¡Hasta mañana!...