Hoy es el primer día de posadas.
Inútil obviedad será decir que las posadas ya no son como eran antes. No sé si para bien o para mal ninguna cosa es ya como era antes.
En los pasados tiempos había en las posadas rezos, villancicos, júbilo infantil, sana convivencia... Hagan ustedes de cuenta "La Navidad en las montañas", de don Ignacio M. Altamirano.
Ahora hay alcohol, música estridente, promiscuidad y desenfreno.
Yo no suspiro con nostalgia. No tiene caso desperdiciar suspiros. Además los años me han enseñado que en el fondo todo tiempo pasado fue igual.
Y -lo mejor de todo- sé que hoy, igual que ayer y siempre, la estrella sigue brillando allá en lo alto.
¡Hasta mañana!