El progreso de una nación o estado, se encuentra ligado a su saber tecnológico, a su poder económico, al pensamiento prominente y a los acontecimientos que por diversas razones sitúen a la región en un plano favorable para el desarrollo de las potencialidades con las que cuenta. Esto trae como consecuencia un cambio en la forma de vida de las personas, que si es para bien puede reflejarse en las áreas artísticas, culturales y de tradición. Haciendo que tomen un papel de mayor relevancia. Ya que satisfechas las necesidades básicas de la población se puede acceder a otro tipo de puntos de interés.
Dentro de la historia de la humanidad existe un gran número de ejemplos de esta situación. Entre ellos se encuentra un movimiento estético llamado Neoclasicismo, que surge asimilando la tradición barroca en dirección a la naturalidad, la línea de la ilustración y el florecer de una nueva clase social con exigencias crecientes, la burguesía. Todo este contexto da pie a que en el Neoclásico se retomen influencias de la Antigüedad clásica, donde el mundo antiguo es la gran fuente de inspiración de los artistas.
Desde la mitad del siglo XVIII en Italia y sobre todo Roma se vuelven el escenario de este movimiento, sin embargo Francia e Inglaterra tienen también un papel destacado.
Las artes del neoclásico abarcan varias disciplinas, de entre ellas la escultura posee un lugar sobresaliente. En su fundamento es una rama de las artes plásticas que se caracteriza por la creación de formas tridimensionales, de los tipos de escultura se distinguen los de bulto, que son los que están de manera independiente en el espacio (el David de Miguel Ángel por ejemplo) y los de relieve, que forman parte de un elemento mayor (como las figuras esculpidas en la fachada de la Catedral de Reims). Usualmente en este tipo de arte la materia prima era el mármol blanco que inicialmente era un bloque al que es escultor iba dándole forma.
En el período Neoclásico, la escultura de bulto toma gran importancia, ya que artistas como Antonio Canova, exploran el clasicismo con particularidades que generan en el espectador la sensación de vida dentro de la obra.
Canova representa un alto peldaño del Neoclasicismo puesto que su obra se equipara con la Bernini por la estética y Calidad. De sus creaciones "Amore e Psiche" (Psique reanimada por el beso de amor), muestran la continuidad dentro del espacio, la sensación de espontaneidad que forma una situación que queda de forma permanente. La naturalidad del modelo no es rebuscada, por lo que da la apariencia de que más allá de seres mitológicos son seres unidos por un instante. Otra de sus obras más conocidas es "La Venus Victrix" (Venus Victoriosa) que es una bella representación de Venus, que encierra la naturalidad de la pose sobre una especie de diván, en el cual la modelo era Pauline Bonaparte hermana menor de Napoleón Bonaparte. Otra de las esculturas de Canova "Las tres Gracias" fue hecha para la Emperatriz Josefina, en esa obra se encuentra gran parte de la visión que el artista contemplaba sobre el movimiento y la belleza representada en la figura femenina.
El Neoclasicismo pasó a ser el emblema del Imperio Napoleónico, por su naturaleza de exaltación a las antiguas virtudes romanas como una glorificación política, pese a que de un punto de vista histórico se crea un círculo que implica el reproducir situaciones semejantes un sinnúmero de ocasiones.
La extensa obra de este período es bella de apreciar y la escultura hace de la experiencia perceptiva grato momento al dar al observador la posibilidad de interactuar en el espacio y poder tener su propia perspectiva de la obra.
