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Moda sin género

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Dra. Mayela Villarreal Reyes

La apariencia es un fiel reflejo de los gustos y preferencias de cada quien, pero también de ideologías. El evidente predominio de una moda sin distinción de géneros nos habla de un deseo de igualdad por encima de los viejos estándares de cómo ‘deben’ lucir hombres y mujeres.

La moda cambia continuamente pero suele regresar en forma cíclica. Durante la época de la llamada ‘liberación femenina’ existía una necesidad de empatar con el hombre y a la par que las mujeres incursionaban en la vida productiva, buscaron también una integración en la forma de vestir, enfocada mayormente en la comodidad. Si ya en los sesenta habían hecho aparición los pantalones en los clósets de las mujeres, en los setenta alcanzaron su boom y se incluyeron como una prenda unisex, quizá la más emblemática hasta la fecha.

Esta tendencia de unificación se ha renovado en nuestros días, cobrando notoria fuerza. Hoy vemos que la moda sin género se apropia cada vez más del gusto de gente de todas las edades aunque con mayor énfasis en los jóvenes, quienes aprovechan la visión de la sociedad actual, en donde se permite y hasta se alienta la diversidad y la libertad de expresión con mayúsculas. Así, para muchos lo que se usa en ropa, peinados y otros rubros, ya no tiene distinción. Ellos y ellas pueden utilizar lo que tradicionalmente era exclusivo del sexo opuesto.

Es tal la presencia y demanda de la moda sin género que numerosas compañías internacionales poseen un área de mercadeo a todas luces unisex.

ROPA PARA DOS

El gusto por uniformar la apariencia entre hombres y mujeres no es nuevo, si bien ha ido evolucionando poco a poco. Si hacemos memoria, reconoceremos que todos tenemos prendas en común: pantalones de vestir y de mezclilla, shorts o bermudas, camisetas, playeras tipo polo, calzado deportivo, cinturones, chamarras, chaquetas y abrigos.

Así como inicialmente las mujeres eran quienes se rebelaban cortándose el pelo, utilizando pantalones y camisas flojas, en los últimos años han sido los varones los responsables de empujar la tendencia unisex, con el uso de los pantalones ajustados y de tubo, playeras muy entalladas, sacos sin corte masculino, bolsos (en especial los tipo bandolera, messenger bag o ‘mariconeras’) y una lista interminable de accesorios que antes se catalogaban de exclusivos para el sexo femenino. En el pasado, un hombre ataviado de color rosa o salmón era motivo de escándalo y hoy se considera normal, así como el hecho de que cada vez más mujeres usen zapatos ‘toscos’, sombreros, tirantes, moños y corbatas.

Todas estas incorporaciones se van dando de forma paulatina. Cómo olvidar que en los ochenta se volvió in que las mujeres se pusieran los sacos de sus maridos y hermanos.

El estilo country siempre se ha caracterizado por ser muy uniforme en la apariencia de las camisas vaqueras, los jeans y las botas. También distintiva por el estampado de cuadros (aunque en camisas de franela), la moda grunge que tuvo auge en los noventa es conocida por marcar un estándar para ambos sexos.

El cine y la televisión han contribuido a unificar los gustos de ellos y ellas. Continuamente se subraya lo sexy que se ve una mujer con la camisa de su pareja, o lo empáticos que aparentan ser dos enamorados con outfits del mismo tipo y color. No obstante, la tendencia actual es distinta, no busca sensualidad sino practicidad; no se vincula a un ‘juego de compartir’, simplemente amplía la libertad de elegir qué vestir.

ACCESORIOS PARA TODOS

La moda ‘estándar’ no se limita a la ropa. En los hombres se ve una preferencia distinta por la apariencia del rostro, sobre todo en los jóvenes. Inician desde la adolescencia: así como antes lo común es que anhelaran la salida de la barba y el bigote, ahora muchos se depilan, unos más se delinean la ceja dando un aspecto muy peculiar a su rostro. También hay quienes pintan una ligera línea negra en el párpado inferior (muy sutil) que remarca su mirada. Vale la pena aclarar que estas acciones no son sinónimo de alguna preferencia sexual en específico, simplemente hablamos de una generación diferente cuya visión de las cuestiones estéticas va más allá del género.

Desde siempre los varones han utilizado aretes, por distintos motivos culturales, religiosos y sociales; aun así, hace algunas décadas se catalogaba de afeminados a quienes los usaban. Hoy no están muy de moda pero quienes los traen han dejado a un lado las argollas discretas para dar paso a unos igualmente pequeños, pero brillantes.

Tratándose de gorras, ellos y ellas optan indistintamente por las mismas, aun si tienen bordados y/o pedrería.

El uso de palestinas pasó de ser símbolo de apoyo a un movimiento político para convertirse en una moda más en hombres y mujeres. Las ‘ballerinas’ o diademas que empezaron a emplear los varones de cabello largo para recogerlo fueron al principio muy criticadas; pero cuando aparecieron en las canchas de fútbol (igualmente como medida para mantener despejado el rostro de los jugadores) se volvieron un boom.

Antes los lentes para sol ‘de aviador’ se pensaban masculinos; ahora al igual que el resto de los modelos, se consideran unisex. Los tenis Converse son otro ejemplo de la igualdad en la moda, no hay distinción entre los que se ofrecen para ellos y para ellas.

Los salones de belleza optaron por seguir aquello de “modernizarse o morir”, al ofrecer a los dos sexos tintes, rayos, decoloraciones, cortes, depilaciones, manicura y todo tipo de tratamientos anteriormente considerados sólo para dama.

La cabeza total o parcialmente rapada, largas melenas o pequeños cortes, flecos, rizados y alaciados: hoy nadie afirmaría que alguna de estas elecciones pertenece sólo a un género en particular.

SÓLO SI TE QUEDA

La imagen dice mucho de cada persona. Como mencionamos, al principio la transgresión en la moda estuvo a cargo de las mujeres como una búsqueda de remarcar la igualdad entre sexos, de decir “tenemos los mismos derechos y fortalezas”. El auge de los metrosexuales (que despuntaron desde los noventa y han tenido más presencia en la última década) demostró que a los varones también les importa su apariencia y están dispuestos a invertir tiempo y dinero en mejorarla. Hoy la moda parece reforzar el deseo de equidad entre las personas.

Tanto si eres hombre como mujer puedes moldear tu look de la manera en que más te guste; lo importante es que si optas por un estilo unisex lo hagas cuidando todo detalle, pues una cosa es la comodidad y otra el desaliño.

La moda sin género es apropiada para cualquier edad siempre y cuando sea llevada con propiedad. Por lo mismo, es importante que vigiles muy bien lo que incorporas a tu imagen. Recuerda que tratándose de cortes de cabello y tintes pesa más que lo seleccionado sea acorde a la forma de tu rostro y tu color de piel. En ropa pon atención si compras prendas en la sección destinada al sexo opuesto, pues más allá de los estilos hay que revisar el tamaño tomando en cuenta que el corte de las tallas femeninas es menos amplio que el de las masculinas.

Cada vez más personas son receptivas a que toda persona tiene derecho a vestirse y peinarse como mejor le parezca, lo cual sin duda es bueno; pero lo que nunca perderá vigencia es esta sabia recomendación: “De la moda, lo que te acomoda”.

Correo-e: hebe.medicina.estetica@hotmail.com

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