Andrés Manuel López Obrador, líder moral del Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido como Morena, y su dirigente nacional, Martí Batres, están de manteles largos. El primero, quien ayer festejó su cumpleaños número 60, tiene mucho que celebrar. Y es que Morena cumplió con los requisitos que establece el IFE, para convertirse en partido político y con ello, acceder legalmente a financiamiento público y a una importante cantidad de recursos del erario.
Veinte asambleas estatales en las que se registre a 3 mil asistentes como mínimo, 230 mil afiliados, una declaración de principios y programa de acción política, estatutos aprobados por sus miembros en la asamblea nacional constitutiva, presentar las listas de afiliados y las actas de las asambleas, junto a sus documentos básicos, son algunos de los requerimientos que el Instituto Federal Electoral establece y con los cuales Morena cumple.
Por ello, apreciable contribuyente, a partir del año entrante, parte de tus impuestos se destinarán a Morena. Martí Batres anunció que en enero de 2014 se registrarán como partido político y que habrán de contender en las elecciones intermedias de 2015 las cuales como siempre, se adivinan interesantes y quizá no favorables a Enrique Peña Nieto y su gobierno, dado el costo político al haber aprobado la miscelánea fiscal y el letargo económico que afecta, principalmente, a las clases medias que salen a las urnas y emiten su voto de forma razonada y no a partir del hambre o la coacción del mismo.
Al tiempo, Andrés Manuel explica su lucha y las características que definen a la izquierda que representa, de este modo:
"Ser de izquierda en estos tiempos es sencillamente ser honesto y de buen corazón. No es de izquierda el corrupto, el egoísta…todo lo tenemos que estar remachando para que nos comportemos a la altura", aseveró el político tabasqueño, quien además advierte que en Morena no habrá cabida para quienes abandonaron ideales, principios, y nada más piensan en los cargos.
De muchas cosas podemos acusar a López Obrador y a Batres -vaya que personalmente no concuerdo con su pensamiento e ideología política- pero nunca de poco congruentes. A lo largo de los años, el discurso de crítica a rajatabla y férrea oposición al gobierno en turno, es algo que los ha caracterizado en su actuar y, partido o no, ello no cambiará a estas alturas. En lo que respectaal discurso de Morenaya como organismo legalmente constituido, no supondrá mayores sorpresas.
Con Martí Batres, su dirigente, he platicado en diversas ocasiones, dentro y fuera de la televisión y en honor a la verdad, me gusta hacerlo y que venga al programa cuando así lo desee, pues le apostamos a la pluralidad. No coincidiremos, aunque creo firmemente que nuestra lucha por la democracia se apuntala cuando damos cabida a todas las voces y opiniones, dejando atrás filias y fobias para simplemente, escuchar.
En tanto, ello no quita que algunos de nuestros encuentros con Martí, sean ríspidos o se tornen incómodos cuando le pregunto si en nuestra muy onerosa democracia pluripartidista, donde gracias a la proliferación de partidos e ideologías, a menudo se cae en parálisis que dañan al país, necesariamente se deba abonar a tal maremágnum pintándole otra raya al tigre, al crearse un nuevo partido.
En mi opinión, idealmente México debería transitar hacia un sistema bipartidista, similar al que tienen democracias avanzadas como Estados Unidos, por ejemplo, y no seguir abonando a que la burocracia gubernamental y los institutos políticos, se fortalezcan de tal modo. Le apostaría a eso, a la reelección de alcaldes, diputados y senadores en aras de profesionalizar al servicio público, pero también a reducir a su mínima expresión a ambas cámaras y a eliminar a los legisladores plurinominales. No se diga los dispendios del gobierno y a su tamaño.
En lo que ello sucede, habemus Morena, partido político. Quien lo diría, a estas alturas de mi vida aplaudo los contrapesos al poder presidencial y que a Enrique Peña Nieto, alguien sea capaz de decirle, ciertas o no, sus verdades. Tanta lambisconería y servilismo de los priistas a su jefe máximo, me resulta chocante. En eso, querido lector, no hay nuevo PRI.
Twitter @patoloquasto
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