"Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos"
Así comienza "Historia de dos ciudades" de Charles Dickens quien haría de esta frase una de las más citadas en la historia de la literatura. Tal vez por eso venga a mi mente de manera recurrente, ya que las redes sociales por internet representan a la perfección esta dicotomía.
Hoy usamos las redes para prácticamente todo, para decir donde estamos, para hacer una reservación, para publicar nuestros logros y estados de ánimo, para investigar (Stalkear) a alguien, para conseguir trabajo, en fin, vivimos en un mundo inmerso en el ciberespacio y cada día surgen más y más voces que critican o festejan esta realidad.
En cafeterías y bares de muchas ciudades alrededor del mundo se ha prohibido el uso de smartphones, incluso los establecimientos inhiben el acceso a la red inalámbrica, pero por otro lado, las autoridades aeronáuticas estadounidenses buscan permitir muy pronto el uso de estos aparatos durante los vuelos (los auriculares se convertirán en un artículo de primera necesidad).
El ruido creciente que contamina la convivencia y atenta contra el tejido social es una responsabilidad compartida, sin embargo, he tenido comunicaciones de gran calidad y contenido a través de mi smartphone que hubiera preferido a comentarios sin sentido que he escuchado en algunas (varias) reuniones.
Pero también estoy consciente de lo sumamente importante que resulta el poner en silencio el celular o activar su función de "no molestar" que permite que entren llamadas sólo de los contactos considerados importantes y disfrutar de una buena charla con los amigos o convivir con la familia y disfrutar a nuestros seres queridos brindándoles toda nuestra atención.
Viviendo conectado de tiempo completo a la red a veces me resulta complicado sustraerme al deseo de mi timeline o ver que nuevos contactos profesionales me agregaron en linkedin, sin embargo, y esto es una ironía, he tenido que aprender a escuchar lo que sucede alrededor de mi en el mundo real para tomar la decisión de dejar el mundo virtual y vivir plenamente lo que sucede en este plano.
El lunes pasado hablaba de la acción mas importante de un Community Manager: escuchar, que consiste en buscar palabras relacionadas con nuestro cliente, identificar comentarios positivos o negativos, en fin, ubicar todo lo que se esté hablando en redes de la empresa, persona u organización, pero muchas veces quienes vivimos inmersos en este mundo nos olvidamos de escuchar realmente y de apreciar la belleza de la vida y lo que nos tiene como regalo el mundo fuera de una imagen publicada en Instagram.
Es decir, navegar en la red es fascinante, la información y el conocimiento están ahí para aprovecharlos, pero el contacto, el abrazo, la sonrisa y el poder de un beso sólo los tendremos (por lo menos hasta el momento) en este viejo mundo en el que vivimos, ese adorado plano existencial.
¡Feliz Navidad a todos!