Familiares y amigos asisten al funeral de las once personas muertas tras la explosión de una bomba ocurrida de madrugada (hora local) a la salida de un partido de fútbol en la ciudad de Karachi. EFE
Al menos 11 personas murieron, incluidos nueve niños, y 24 resultaron heridas al explotar una bomba a la salida de un partido de futbol en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, informaron fuentes policiales.
La bomba, que estaba oculta en una motocicleta, detonó esta mañana cuando el público salía del estadio del popular barrio de Lyari tras asistir a un torneo local, según la policía, citada por el diario paquistaní Dawn.
Los niños fallecidos, quienes tenían entre 6 y 15 años de edad, estaban jugando fútbol en una calle anexa al estadio cuando el artefacto estalló cerca de ellos, explicó un responsable policial de la zona, Salim Marwat.
Otro responsable de la Policía de Karachi, Tariq Dharejo, declaró a la televisión paquistaní Geo TV que la bomba contenía entre cinco y seis kilogramos de material explosivo y fue detonada a control remoto.
Indicó que el objetivo del ataque, que aún no ha sido reivindicado, era el ministro de Vivienda Popular de la provincia de Sindh, Javed Nagori, pues la bomba estalló cerca de su vehículo, sin embargo él salió ileso.
El atentado en el estadio se produce después de que ocurrieron otras cuatro explosiones en varios puntos de Karachi, la ciudad más poblada del país con cerca de 20 millones de habitantes, sin causar víctimas.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, y el gobernador de Sindh, Ishratul Ebad Jan, han condenado los atentados en Karachi y han ordenado a las autoridades que faciliten los mejores medios médicos posibles para atender a los heridos.
Karachi, la capital económica de Pakistán, se ha convertido en un refugio de redes integristas y es escenario habitual de asesinatos selectivos y choques violentos entre las etnias, representadas por partidos políticos que luchan por el poder.
