Tras cuatro días de asedio por parte del Ejército de Kenia, la ocupación del centro comercial de Nairobi asaltado el pasado sábado por islamistas concluyó ayer con un balance de al menos 72 muertos, pero todo apunta a que la cifra final será mayor.
En una alocución televisada a la nación, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, declaró el fin de la peor acción terrorista que ha golpeado al país desde el atentado de 1998 contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi, en el que fallecieron más de 200 personas.