El Dr. Manuel Velasco Gutiérrez, me regalo un excelente libro titulado Red Book Enfermedades Infecciosas en Pediatría y quiero compartir con ustedes este artículo.
PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES ASOCIADAS CON ACTIVIDADES ACUÁTICAS RECREATIVAS.
La transmisión de enfermedades por consumo o uso de agua con fines recreativos sigue siendo una fuente de enfermedad en los Estados Unidos. Desde mediados de la década de 1980 ha ido en aumento la cantidad de brotes relacionados con actividades acuáticas recreativas. *Por lo tanto, prevenir la enfermedad relacionada con ellas se está volviendo cada vez más importante para la salud de adultos y niños. Las enfermedades por actividades acuáticas recreativas (AAR) son causadas por deglución, respiración o contacto con agua contaminada de piscinas, termas, lagos, ríos u océanos. Las AAR comprenden diversas enfermedades, como infecciones del aparato digestivo, el aparato respiratorio, neurológicas, cutáneas, ópticas, oculares y de heridas. Entre 2001 y 2002 se comunicó un total de 65 brotes de AAR en los Estados Unidos, que provocaron enfermedades de 2,536 personas y causaron 61 hospitalizaciones y ocho decesos. De estos 65 brotes, la mayoría (68%) se asoció con agua con fines recreativos inadecuadamente tratada o desinfectada (p. ej., piscinas, piscinas para niños, piletas termales). En los últimos diez años la enfermedad más común asociada con lugares de agua tratadas fue gastroenteritis, por especies de Cryptosporidium, especie de Giardia, especie de Shigella, Escherichia coli 0157:H7 y norovirus.
En niños de 7 a 17 años de edad, la natación es la actividad más popular, y más del 40% de los niños participa en actividades de natación más de cinco veces por año, lo que determina más de 107 millones de visitas anuales de niños a natatorios. Nadar es una actividad de baño comunal por la que la misma agua puede ser compartida por docenas o miles de personas cada día, lo que depende del tamaño del lugar (p. ej., piscinas para niños, piscinas, parques de agua). Lamentablemente, dada la alta prevalencia de diarrea, incontinencia fecal (sobre todo en niños pequeños) y la presencia de materia fecal residual en el cuerpo de los nadadores (hasta 10 g por niño pequeño) la contaminación fecal de los natatorios es un hecho común.
La cloración del agua en natatorios públicos es uno de los métodos utilizados con mayor frecuencia para oxidar la materia fecal y los patógenos con el fin de proteger a los nadadores de la transmisión de enfermedades infecciosas. Si bien muchos patógenos son inactivados con rapidez por la cloración, existen varios que presentan resistencia de moderada a alta a la cloración y pueden sobrevivir durante períodos prolongados en piscinas cloradas. Especies de Giardia y norovirus (un calicivirus) han mostrado sobrevivir en hacía con las concentraciones de cloro habitualmente usadas en piscinas hasta 30-60 minutos y son causas bien demostradas de brotes de enfermedad asociados con piscinas. Los ooquistes de Cryptosporidium pueden mantener su capacidad infecciosa durante días con las concentraciones de cloro habitualmente usadas en piscinas, lo que contribuye a que especies de Cryptosporidium sean la principal causa de gastroenteritis asociados con piscinas.
Los patógenos resistentes al cloro, unidos a bajas dosis infecciosas, alta prevalencia de diarrea en la población
General, altas concentraciones de eliminación de patógenos y utilización intensa de natatorios convierten las actividades acuáticas recreativas en un medio ideal para amplificar la transmisión de patógenos dentro de una comunidad. En consecuencia, uno o más nadadores con diarrea pueden contaminar grandes volúmenes de agua o exponer a patógenos a gran cantidad de compañeros de natación, en particular si la desinfección de la piscina es inadecuada o el patógeno es resistente al cloro. De todos modos, los brotes de AAR se pueden prevenir o disminuir de manera sustancial a través de una combinación de mantenimiento apropiado de la piscina, desinfección del agua y mejor higiene y comportamiento de los nadadores.
MEDIDAS DE CONTROL
La natación sigue siendo un medio seguro y eficaz de practicar ejercicio. Es posible prevenir la transmisión de enfermedades por actividades acuáticas recreativas reduciendo la contaminación de los natatorios y la exposición a agua contaminada mediante la adopción de las siguientes prácticas.
· No nadar cuando se cursa una diarrea.
· Los individuos con diarrea atribuible a patógena posiblemente transmitidos por el agua (p. ej., especies de Cryptosporidium, especies de Shigella, norovirus) no deben concurrir a lugares de actividades acuáticas recreativas hasta después de dos semanas de resolución de los síntomas.
· No tragar agua de los lugares recreativos.
· Practicar buena higiene durante la práctica de la natación.
· Ducharse con jabón y agua antes de ingresar en los lugares de actividades acuáticas recreativas.
· Bañar completamente a los niños, en especial la zona perianal, con jabón y agua antes de permitirles que ingresen en el agua.
· Lavarse las manos con jabón y agua cada vez que se usa el cuarto de baño.
· Lavarse las manos después de cada cambio de pañal.
· Cambiar los pañales en un cuarto de baño y no al lado del lugar de actividades.
· Llevar a los niños con frecuencia al cuarto de baño y controlar a menudo los pañales.