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Dr. Raúl Domínguez González

"PATOLOGÍAS ANATÓMICAS DEL ÚTERO"

Las patologías anatómicas del útero presentan como síntoma principal el sangrado uterino anormal.

Estas patologías se expresan en cambios anatómicos de la estructura uterina (forma y aspecto) cuya manifestación es el sangrado no común del endometrio lo que muchas veces va asociado o no a dolor, dentro o fuera de la regla. En algunos casos, excepcionales, también se puede presentar con un aumento del volumen abdominal.

Las razones de este sangrado anormal pueden estar en la presencia ya sea de miomas, pólipos endometriales, adenomiosis o hiperplasias endometriales, todas se generan por causas hasta hoy desconocidas.

Dependiendo de la cantidad de sangrado, estas patologías pueden derivar en una anemia secundaria y los dolores pelvianos severos van a alterar la calidad de vida de la mujer en general y en especial su vida laboral y sexual.

No hay modo de prevenirlos y aunque son patologías benignas, se sabe que los pólipos y las hiperplasias pueden ser precursoras del cáncer de endometrio.

La forma para determinar de qué tipo de patología se trata es la realización de una ecotomografía transvaginal que debe ser complementada con una histeroscopía diagnóstica (examen endoscópico que permite observar la cavidad uterina). Gracias a ella se puede precisar si se trata de miomas submucosos, pólipos endometriales o hiperplasias y además, el procedimiento permite obtener una muestra para biopsia.

Los miomas son tumores benignos del útero que pueden presentarse de a uno o varios de distintos tipos, tamaños y ubicación. Aparecen en la edad fértil de la mujer, es decir, antes de la menopausia, y su crecimiento es muy lento a lo largo de los años. El impacto en la fertilidad es relativo. Hay mujeres que tienen miomas y no lo saben, ya que muchas veces no provocan ningún síntoma.

El diagnóstico de los miomas se hace a través de una ecotomografía transvaginal, pero si son grandes se les puede pesquisar con un tacto vaginal. El tratamiento es quirúrgico (extirpación) y en algunas ocasiones, se procede incluso a la histerectomía. La indicación para una cirugía se hace cuando el mioma se complica, es decir, provoca sangrados abundantes (hemorragias) y dolorosas.

Los miomas se clasifican en tres tipos: los subserosos que crecen hacia el exterior del útero; los intramurales que se ubican en el espesor del músculo uterino; y los submucosos que se ubican hacia la cavidad uterina y son los más sintomáticos y producen el mayor sangrado. Los dos primeros tipos se operan por vía abdominal, mientras que los submucosos se pueden extirpar por vía vaginal endoscópica.

Los pólipos endometriales son formaciones de tejido endometrial que crecen en la cavidad uterina. El síntoma principal también es un sangrado anormal, muchas veces como un goteo fuera de las menstruaciones. Es más frecuente en mujeres mayores (60 a 65 años) post menopaúsicas, aunque también se pueden dar en más jóvenes. La certeza de su existencia se determina con una histeroscopía diagnóstica.

Estos pólipos, deben ser extirpados para biopsiarlos ya que pueden tener células atípicas que son precursores de cáncer al endometrio. Como se ubican en el endometrio, enfocados hacia la cavidad uterina, lo más conveniente es extirparlos por vía vaginal endoscópica (resección guiada por un visor). A diferencia de los miomas, los pólipos endometriales pueden ser recurrentes y en un plazo de tiempo mucho menor.

La adenomiosis corresponde a una invasión del endometrio, que es la capa más interna del útero hacia el músculo uterino, lo que provoca un mayor crecimiento del útero y un sangrado abundante con mucho dolor. Su diagnóstico es básicamente clínico.

Dependiendo de la tolerancia de la mujer a estos síntomas se determina qué tratamiento seguir. Se puede intentar corregir las reglas y los dolores con anticonceptivos orales; se pueden usar dispositivos medicados; o se puede proceder a hacer una resección del endometrio (se extrae toda la capa interior del útero). El tratamiento definitivo, si los anteriores han fracasado, es la histerectomía.

Las hiperplasias endometriales se definen como el crecimiento anormal del endometrio, es decir, el engrosamiento de éste más allá de lo normal y sin explicación conocida. Las hiperplasias se clasifican en diferentes tipos y su diagnóstico se hace con una biopsia del endometrio. Si en ésta aparecen células atípicas se debe proceder a la histerectomía ya que dichas células pueden ser precursoras del cáncer de endometrio. En caso contrario, si no hay células atípicas, el tratamiento es médico o utilizando un dispositivo intrauterino (DIU) medicado con levonorgestrel.

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