Adiós, mamá Carlota. Adiós mi tierno amor… dice la parodia. Aunque debemos advertir que no es semejante al regreso de la mujer de Maximiliano, que se embarcaba rumbo a su patria, a tocar puertas para pedir por la vida de su esposo. Si hubiera cometido el delito de secuestro, no la hubiera pasado tan mal, sino que el rechazo de la nobleza europea provocó que comenzara a mostrar síntomas de desequilibrio mental. Examinada por los médicos la declararon demente. La emperatriz Carlota sobrevivió 60 años a su esposo en medio de la locura. Se dice que esa locura era producida por la ingesta de un hongo que le fue proporcionado por una yerbera a la que había acudido en busca de ayuda, siendo reconocida por la vendedora a pesar de cubrir su rostro con un velo. La leyenda en este asunto nos dice que Carlota no podía concebir y la curandera que, cabe suponer era partidaria de Juárez, le proporcionó la seta conocida como "la carne de los dioses" que se empleaba en soluciones muy diluidas, como un tónico, ya que en concentraciones altas podría producir un estado de locura permanente.
Adiós, mamá Carlota, Adiós mi tierno amor. A su paisana Florence Cassez le ha ido mejor. Salió de Francia silenciosamente y sin hacer ruido arribaría tranquilamente a nuestro país la que pronto se vería envuelta en un sonado escándalo dándose conocer como una temible infanta, por lo que fue encarcelada y, en su momento sentenciada a 60 años de prisión, considerando los jueces de primera instancia, los magistrados de la segunda instancia y un tribunal colegiado, plenamente comprobados los delitos de secuestro, delincuencia organizada y portación de armas. Agotados los recursos ordinarios y el juicio de amparo, con resultados contrarios a las aspiraciones de Florence, alegándose violaciones constitucionales se recurrió a la Suprema Corte a tramitar lo que antaño se denominaba recurso de casación, que era un recurso extraordinario dirigido a anular una sentencia judicial dictada en un procedimiento que se alega no ha cumplido las solemnidades legales o contiene una incorrecta aplicación de la ley.
Adiós, mamá Carlota, Adiós mi tierno Amor, los integrantes de la banda de secuestradores los Zodiacos y las mujeres que expían sus sentencias en Santa Marta Acatitla, levantan un pañuelo con el que, después de enjugar una lágrima, con el brazo en alto, despiden a la condenada güereja que logró treparse en un avión que en unas cuantas horas la llevó a tierras galas, mientras las víctimas encorajinadas reniegan contra los paquetudos ministros que piensan no les hizo justicia al soltarla así nomás como así.
Los ciudadanos no piensan en otra cosa que está muy bien que se restituyan los derechos humanos que fueron violados a la Cassez, pero también debieron restituir los derechos conculcados a las víctimas, que fueron secuestradas por los bandoleros y entre éstos se encontraba, según los datos que arrojó la averiguación, la francesa cuya conducta delictiva no recibió sanción alguna. En vez de ello en Francia ha sido recibida como verdadera heroína. Agasajada por las más altas autoridades estará pensando, ¿en cuál país bananero seguiré mi recién iniciada carrera?
Adiós, mamá Carlota, Adiós mi tierno amor, los ministros te concedieron un amparo liso y llano, obteniendo sin demora tu inmediata libertad. En los tiempos en que cursaba la carrera de Derecho en un salón ubicado en las calles de San Ildefonso se comparaba a los ministros de la Corte con los ascensores del edificio porque eran: lentos, viejos y de escasa capacidad. En efecto, en esos días los negocios de los litigantes caminaban despacio al parejo de las horas, nadie parecía tener prisa. Los automóviles trasladaban a los capitalinos sin apremio, las calles lucían tranquilas. La vida era diferente. Las cosas ahora son lisas y llanas. ¿Qué quiso decir el ministro? Recurramos al diccionario: liso y llano, se aplica al negocio que no tiene dificultad, que es claro y evidente. Sin duda se refiere en este caso a negocios judiciales. Un ministro lo vio así, dos más se adhirieron, en tanto los dos restantes votaron en contra. Para estos últimos el asunto no era tan claro. El voto del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena no propició la unanimidad, ordenaba poner en inmediata libertad a la quejosa debido a graves violaciones a sus derechos humanos y la pregunta que como lápida cae sobre su argumento ¿y los derechos humanos de las víctimas, que?