El alcalde Eduardo Olmos y el tesorero municipal, Pablo Chávez Rossique, negaron que los ahorros que se pretenden este año en el gasto corriente sean para otorgar un "bono de marcha" cuando termine la administración en diciembre.
Ambos funcionarios buscaron desmentir versiones en el sentido de que las restricciones en el gasto de directores generales y altos funcionarios anunciadas la semana pasada serían para generar un "ahorro" que permitiera los bonos.
El Municipio anunció recortes en gastos como el pago de teléfonos celulares, gasolina, viáticos y permisos con goce de sueldo, pero según Olmos, "no es para hacer ningún 'guardadito'".
Chávez Rossique también insistió en que no habrá "bono de marcha".
"Ahora salen con que tengo una 'partida secreta' donde estoy guardando dinero. Yo no sé qué es eso", dijo.
El alcalde y el tesorero afirmaron que el objetivo de los ahorros es abatir la deuda de corto plazo que tiene el Municipio con proveedores dentro de las proyecciones financieras de este año, el último de la administración municipal.
La deuda con proveedores asciende a 185 millones de pesos. Chávez Rossique reconoció que no se pagará toda, pero que buscarán dejarla en unos 105 millones "cuando mucho".