Niños otra vez
Llegó abril, mes del niño, y con él la excusa perfecta para remontarnos a nuestros años de infantes. Para unos, esto resulta sencillo y no falta quien suspire y diga con humor: “cuando todo era más simple”; para otros, en cambio, el asunto representa una tarea casi extraordinaria. Ya lo dijo alguna vez Antoine de Saint-Exupéry, escritor francés autor de la novela El Principito: “Todas las personas mayores han sido primero niños, pero son pocas las que lo recuerdan”. Si bien es cierto que no podemos regresar a nuestros primeros años de vida, siempre es un buen momento para rescatar el espíritu de niño que seguramente aún vive dentro de nosotros.
En Urbana queremos celebrar el mes los de los niños invitándote a que reencuentres al tuyo. A continuación te presentamos diez consejos para lograrlo, tomando como ejemplo algunos personajes que seguramente te resultarán conocidos y que guardan en ellos, un niño para siempre:
1. Conserva tu curiosidad.- ¿Recuerdas a Tommy Pickles, aquel bebé protagonista de la serie Rugrats, quien a su año y medio de edad vivió las aventuras más increíbles al lado de sus amigos y su perro “Firulais”? Pues bien, este pequeñito es un excelente ejemplo de inteligencia, valentía pero, sobre todo, de curiosidad. Cuando lo escuchas decir: “Un bebé tiene que hacer lo que un bebé tiene que hacer” sabes que llegó el tiempo de emprender junto con él una nueva aventura, movida siempre por la curiosidad de explorar el mundo que lo rodea. Al igual que Tommy, observa tu entorno, hazte preguntas, imagina respuestas, investiga, descubre, sorpréndete. Nunca dejes que la rutina te rebase, maravíllate del mundo porque siempre te va a ofrecer cosas distintas. Escucha la radio, lee, usa Internet para informarte de todo aquello que te cause curiosidad. Después de todo, ésta es la única garantía que existe para seguir aprendiendo y por ende, seguir enriqueciéndonos tu espíritu. Y citando al escritor británico Gilbert Keith Chesterton: “Lo maravilloso de la infancia es que cualquier cosa en ella es una maravilla”, te hacemos la más cordial invitación a que te vuelvas un niño curioso y preguntón.
2. Piensa positivo.- Todos hemos escuchado hablar de Peter Pan y su famosa receta que hacía volar a las personas: “Fe, confianza y polvo de hadas”. Para que Wendy y sus hermanos pudieran iniciar el vuelo junto con Peter hasta el lejano país de Nunca Jamás, tuvieron primero que vencer el miedo y llenar su mente de pensamientos alegres. Siguiendo su ejemplo, te invitamos a que dejes a un lado la amargura, los celos, la envidia, el pesimismo y la tristeza. Llénate de pensamientos positivos que te lleven a emprender nuevos retos y aventuras. Abandona la frase “no puedo”, libérate de tus miedos, olvídate de la nota roja y rodéate de gente positiva. Sé propositivo, busca tener vivencias que estimulen tu buen ánimo, y recuerda, si tuviste una mala experiencia debes tener la certeza de que alguna enseñanza dejó en tu vida. ¿Qué mejor polvo de hadas que eso?
3. Alimenta tu creatividad.- El pintor holandés Rembrandt consideraba que la vejez era un estorbo para la creatividad, pero nunca podría aplastar su espíritu joven. Para Remy, la adorable ratita protagonista de Ratatouille, su condición de roedor también representaba un obstáculo para echar a volar su talento, sin embargo, no fue excusa para que no hiciera realidad su sueño de ser chef. Sin duda, la creatividad fue clave para lograr sus aspiraciones. Como Remy, atrévete a salir de tu burbuja: intenta cosas nuevas, imagina soluciones diferentes, no te limites. Encuentra actividades que te ayuden a liberar la mente y a tener tranquilidad. Después alócate y comienza a ver el mundo con ojos distintos a los cotidianos. Baila, canta, ve al cine, al teatro: llena de arte tu vida. Deja a un lado los prejuicios y atrévete a suponer otras posibilidades que te ayuden a romper con la cotidianidad. Es cierto cuando dicen que los límites de la creatividad son los límites de tu alma, y un alma de niño no conoce de barreras.
4. Sé generoso.- Compartir lo que tenemos siempre nos dejará gratas experiencias, pero debemos recordar que ser generoso va más allá de regalar alimentos o cosas materiales. Compartir quiere decir también, regalar tu tiempo a las personas que te necesitan, ofrecer tu trabajo en pro de una buena acción, ser expresivo con los demás, mostrarte gentil, tener disposición de escuchar al otro, regalar sonrisas y buena vibra. Heidi, la pequeña niña que vivía en Los Alpes junto con su abuelo, resulta un excelente ejemplo de lo que significa ser generoso. Siendo apenas una niña, cambió la vida de Clara y su familia para siempre, cuando consiguió hacer caminar a su amiga. Y no hizo otra cosa que compartir tu tiempo, dedicación y cariño. Vale la pena seguir el ejemplo de Heidi y adoptar esta bella cualidad tan característica de cualquier ser humano con alma de niño.
5. Vive con verdad.- ¿Qué mejor ejemplo de verdad que Mafalda? A su corta edad, la pequeña se muestra preocupada por la humanidad y la paz global y no está conforme con la manera en como los adultos manejan el mundo. Sería conveniente aprender de sus actitudes y comenzar a cuestionar nuestro entorno. Pregúntate todos los días por qué haces las cosas de un modo y no de otro. No te quedes con las respuestas que han dado los demás, busca tu verdad y vive conforme a ella. Sé congruente con tus ideales y estilos de vida. Esto te dará mayor seguridad contigo mismo y te permitirá tomar las decisiones correctas.
6. Minimiza tus problemas.- ¿Quién no quedó maravillado con El Rey León? Si tú eres una de esas personas que se saben de memoria los diálogos, seguramente recordarás la frase célebre de Timón y Pumba: “Hakuna Matata”. Vale la pena que la apliques en tu vivir diario. Normalmente nos encontramos sumergidos en un mar de problemas, necesidades materiales y miedos que terminan por gobernar nuestra existencia. Date un respiro: la vida puede ser muy sencilla, así como cuando eras niño, si te relajas y te tomas el tiempo para solucionar lo que no esté saliendo del todo bien. Así como de pequeño pedías ayuda cuando tenías alguna dificultad, atrévete a solicitar el apoyo de los demás cuando así lo requieras. Nunca estás sólo, basta con echar un vistazo a tu alrededor para darte cuenta que no todo es tan terrible como lo imaginas.
7. Disfruta el momento.- Winnie Pooh es quizá la imagen más correcta para describir lo que significa disfrutar el momento. A este osito regordete no le hace falta más que la compañía de sus amigos y un tarro de miel para ser feliz. Normalmente pensamos en la felicidad como un proyecto a futuro, sin darnos cuenta que se puede encontrar en el aquí y ahora. Aprende a disfrutar de esos pequeños placeres de la vida: goza con una buena plática, una canción, un libro o una comida con tu familia. No tienes que complicártela demasiado. Siempre existe la posibilidad de vivir feliz, inclusive en esos momentos en donde pareciera abundar el estrés, por ejemplo, en el tráfico. En este caso, relájate, enciende la radio y tararea la canción que encuentres y te haga sentir contento.
8. Rodéate de verdaderos amigos.- Cuando escuchas la frase “amigo fiel” quizá la primero en lo que piensas es en Woody y Buzz. Está bien que no empezaron exactamente con el pie derecho, pero sin duda se convirtieron en el ejemplo consentido de lo que es la amistad. Como ellos, intenta rodearte de buenos amigos con los que puedas compartir tus gustos, experiencias, proyectos, dificultades y locuras. Estamos seguros que tus amigos serán los mejores compañeros y guías, algo así como una segunda familia.
9. Sonríe (Bob Esponja).- ¿Qué risa es más contagiosa que la de Bob Esponja? Esta esponjita marina que viste pantalones cuadrados como él, siempre se muestra optimista, graciosa y con mucha energía. Su peculiar carcajada nos hace intuir su personalidad dulce, boba e infantil. ¿Qué si nosotros, al igual que Bob Esponja, andamos por el mundo con una sonrisa de oreja a oreja? Está comprobado que las personas que más sonríen son las que tienen mejor calidad de vida. El buen humor y la alegría atraen circunstancias positivas y nos alejan de situaciones que pueden provocar amargura y tristeza. No olvides que no hay nada más contagioso que una sonrisa, así que no dejes de regalar la tuya, como cuando eras niño y le sonreías a propios y extraños por igual.
10. Mantente activo.- Nadie corre más rápido que el correcaminos. Jamás lo veías quieto, siempre andaba de un lado a otro, recorriendo los peligrosos caminos del desierto, burlando al Coyote que invariablemente se lo quería comer. Al igual que el correcaminos, mantente activo. ¿Recuerdas cuando eras niño y llegabas a casa siempre con un raspón nuevo? Y todo por andar jugando con tus amigos al fútbol o a la clásica “quemada”. ¿Qué si nos volvemos niños otra vez y rescatamos esas rutinas de antaño? Ten presente que no podemos dejar a un lado el aspecto físico. Para disfrutar de todo aquello que te gusta y te hace feliz es importante que conserves un estilo de vida saludable. Por lo mismo es importante que practiques algún deporte o bien, que salgas a caminar. Busca actividades que te mantengan en forma y le den bienestar a tu cuerpo, que si bien es el de un adulto, aún tiene las mismas inquietudes que tenía de niño.
El escritor británico Aldous Huxley aseguró que el verdadero secreto de la genialidad era el de conservar el espíritu del niño hasta la vejez. Date la oportunidad de volver a ser niño y comienza desde hoy a disfrutar de esos pequeños placeres que la vida te ofrece. Ahora que ya lo sabes, no olvides pedir tu abrazo este próximo 30 de abril. Total, si los niños juegan a ser adultos, ¿por qué los adultos no podemos jugar a ser niños otra vez?