¡No borres tus cejas!
El rostro es como una obra de arte que para lucir bien requiere tener las pinceladas exactas, ni de más ni de menos. Por ello ‘desaparecer’ las cejas, protagonistas de la expresión, podría arruinar tu apariencia.
Imagina lo raro que se vería un rostro sin nariz; terrible, ¿no? Pues lo mismo pasa con las cejas. Quizá te parezca una comparación exagerada pero no es así. En más de una ocasión debes haber conversado con una persona, hombre o mujer, que tiene una ceja tan delgada (depilada de esa forma) o incluso que carece de ella y la ha reemplazado con unos trazos de lápiz cosmético o tatuaje, y si eres honesto coincidirás en que no piensas “qué bien se ve”, al contrario, su aspecto te parece raro aunque no puedas identificar la razón. Es simple: cada uno de los elementos del rostro contribuye a un equilibrio que se esfuma o altera notablemente ante casi cualquier cambio. Y aunque habrá quienes no coincidan, los especialistas en belleza están de acuerdo en que una abundante ceja natural se ve mejor que una muy bien dibujada y artificial.
¿A DÓNDE SE FUERON?
Es inevitable tratar de seguir la moda, pero en el caso de las cejas se ha llegado a los extremos. La primera vez que se volvió popular extraerlas por completo fue hacia los años treinta, de ahí viene la tendencia de removerlas y reemplazarlas con una raya muy fina trazada con lápiz. Muchos otros optaron desde entonces por no sacarla, sino dejar una tenue línea de vello. Sin embargo todas estas personas no tardaron en darse cuenta de las consecuencias: la moda iba pasando y las cejas tardaban en crecer; o más aún, ya no volvían a salir igual (ni en cantidad ni en forma) y algunas tuvieron que resignarse a dibujarlas eternamente, ya que el aspecto de la ceja creciendo es muy extraño y preferían continuar depilándola.
Con el paso del tiempo hubo gente que siguió imitando esa costumbre. Pero con la llegada de los ochenta lo in se volvió tener una ceja gruesa, poblada, y esto hizo más evidente la rara apariencia de quienes habían renunciado al marco de sus ojos.
Desde luego, en gustos se rompen géneros y por eso el hábito de quitarse estos pelitos y sustituirlos por maquillaje volvió a imponerse hace alrededor de 20 años, aunque por fortuna con menos fuerza que antes. De hecho muchos asocian ese regreso con la imagen de los llamados ‘cholos’, ya que las mujeres de dicha tribu urbana se distinguieron por rasurarse la ceja y pintarla tan delgada que parecía hecha con marcador.
Aunque hace tiempo cada vez más mujeres privilegian al look natural, el cual incluye mantener la ceja poblada, todavía hay personas que en su afán de extirpar ‘lo que sobra’ terminan por dejar sus cejas muy pequeñas y deben apoyarse en el lápiz para darles forma. Desde luego, no faltan aquellas que eligen depilar este sector de su rostro. Pero aunque se trata de una decisión personal, en definitiva deberían pensarlo más de dos veces.
ADIÓS, EXPRESIÓN
Desde el punto de vista funcional las cejas tienen la importante misión de resguardar al ojo del sudor de la frente (muy irritante por su alto contenido de sales), desviándolo hacia los lados; además protegen la vista de las inclemencias del sol. He ahí el primer inconveniente de extraerlas completamente: el delineador o la micropigmentación (tatuaje) permanente no van a cubrir ni el sudor ni el sol.
Pero además se consideran un elemento clave en la arquitectura del rostro, en ello están de acuerdo todos los ‘visajistas’ (como se denomina a los esteticistas especializados en dar armonía a la cara) pues son parte esencial de nuestra capacidad expresiva, dan tanta o más intensidad que los movimientos corporales. Así, quienes se retiran toda la ceja alteran sus gestos y la manera de manifestar sus emociones pierde naturalidad.
Y entonces ¿es preferible dejarlas tal como son? Depende de cada caso. Aunque te parezca sorprendente, muchas personas en realidad no necesitan arreglo alguno en esta zona pues fueron favorecidas con una ceja bien definida y proporcionada. Por otro lado, aquellos que tienen cejas de dimensiones exageradas, incluso unidas o con un contorno muy tosco, pueden acudir a un profesional que les ayude a delinearla correctamente.
El grosor y la delgadez tienen la propiedad de modificar la expresión y dar o restar equilibrio al rostro. Por ello lo importante es afinar su trazo de acuerdo a las características de cada persona, buscar que los cambios sean para mejorar y dejar suficiente pelo para la función de protección. Unas cejas bien cuidadas realzan la belleza.
Cabe decir que tratándose de las cejas, la depilación con cera-miel es un grave error y lo mismo pasa con las pinzas, porque ambos métodos eliminan el pelo de raíz y existe el riesgo de que no vuelva a salir, dejando el área pelona.
CON GESTO MASCULINO
En la moda de hoy también los hombres dedican parte de su tiempo de aseo personal a mantener unas cejas bien definidas, retirando poco a poco algunas líneas para disminuir el grosor aquí y allá. Por lo mismo deben ser cuidadosos, pues tienen las mismas posibilidades que las mujeres de que el pelo ya no les vuelva a salir.
Lo recomendable para ellos es optar por una forma masculina sin verse desaliñados, es decir, quitar únicamente lo necesario de sus ‘sectores problema’ (el entrecejo y la parte superior de la órbita del ojo) pero sin exagerar.
QUÉDATE CON ELLAS
No confíes tus cejas a manos inexpertas, basta con que te quiten una línea de más para que tu expresión se transforme y tu cara pierda armonía. Por hallar opciones no tendrás problema: es tanta la demanda para la buena imagen de las cejas, que en la actualidad hay especialistas dedicados exclusivamente a la consultoría de su arreglo, delineado, planchado, estilizado y por supuesto cuidado y nutrición de las mismas, ya que se pierden con el envejecimiento y al igual que con el cabello, hay que recurrir a tratamientos para conservarlas.
Apégate a tus cejas; piénsalo bien, ¿por qué sacarlas, cuando puedes lucirlas? Además, si fueran innecesarias no brotarían. Y si no formaran parte esencial de la buena imagen, no habrían surgido las clínicas de trasplante que ofrecen implantar pelo extraído de la cabeza (tratamiento que por cierto rebasa los 2,000 euros).
No hay otra manera de plantearlo: un rostro sin cejas es antinatural y el vello que las forma nunca se verá igual que un trazo con lápiz ni un tatuaje. ¡No te dejes llevar por las modas extremas!
Correo-e: dramayela@hotmail.com
¡CUÍDALAS!
Estos son algunas recomendaciones que puedes seguir para fortalecer, conservar y/o recuperar algo de pelo en tus cejas:
-Utiliza una crema nutriente por la noche, colócala con un masaje suave.
-Aplica un tratamiento diario con aceites de mamey, ricino y almendras (el más especifico para cejas es el de mamey).
-Una alternativa natural es untar tomate (sin semillas) y dar ligero masaje.
-Si quieres mantenerlas fijas, péinalas con rímel hecho a base de gel rico en colágeno.
-Si tus cejas son muy largas, córtalas con unas tijeras pequeñas (pide asesoría a un experto).
-Dile no a la cera y a las pinzas.
-Si retocas tu ceja con delineador, asegúrate de que sea de buena calidad y tenga suficiente punta, de lo contrario puedes arrancarte pelos.