Trabajo. El actor Harrison Ford participa en El juego de Ender, la cual eligió porque la cinta emite un mensaje.
Lo dijo en 1977 después de rodar su primera Star Wars y ni el "Han Solo" de la saga galáctica, ni el "Rick Deckard" de Blade Runner le han hecho cambiar de opinión: a Harrison Ford no le entusiasma la ciencia ficción, un género al que regresa con El juego de Ender.
"El género no tiene nada que ver con mi trabajo, no me importa nada, no soy un gran admirador de la ciencia ficción", dijo el actor durante la promoción de la película, basada en el best seller de Orson Scott Card y adaptada por Gavin Hood.
Pese a ser un mito de Hollywood, o precisamente por eso, Ford se empeña en quitar hierro a su oficio y en subrayar que, al fin y al cabo, el cine no deja de ser una industria más.
"Me considero un mero ayudante del contador de historias en el negocio del cine, que siempre ha sido un negocio y siempre lo será", asegura. "Mi responsabilidad es con la gente que me contrata y mi labor contribuir a crear el mejor producto que pueda para el público".
"Ese es el único contexto en el que sitúo lo que hago. Busco buenas historias, retos y gente buena para trabajar con ella", añade.
SU NUEVA PELÍCULA
Así fue cómo eligió implicarse en El juego de Ender, aunque al preguntarle a su director, añade otro factor -entre carcajadas-: El dinero.
Roberto Orci, el productor, que también está detrás de sagas como Transformers o Star Trek, se apresura en matizar: "Nos dijo que era la primera vez en mucho tiempo que leía algo de ciencia ficción que tenía un mensaje, que tenía emoción, que no era la típica película de verano, puedes verla y divertirte pero también hablar y pensar, eso le encantó".
Y el actor lo corrobora. "Lo que me atrajo de este proyecto fue la historia, la relación entre Graff y Ender (Asa Butterfield) y la enorme responsabilidad moral que supone la práctica de la guerra".