Habían transcurrido menos de dos minutos desde que Eduardo Cortés Rivadeneyra y John Randolph ingresaron a la Escuela de Gobierno Kennedy de la Universidad de Harvard, con una caja con las casi 35 mil firmas que reunieron en contra de la beca otorgada a Felipe Calderón, cuando salieron por la misma puerta.
Después de semanas de trabajar juntos, los activistas se conocieron ayer por la mañana cuando caminaron juntos un par de cuadras, desde el Hotel Harvard Square hasta la Escuela Kennedy, a entregar las firmas, rodeados de cámaras y periodistas, en una mañana gélida y silenciosa que dejaba escuchar sus pisadas en la nieve.
Allí, los recibió Melodie Jackson, decana asociada de Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Escuela de Gobierno, quien tras recibir la caja sólo les dijo que la entregaría al decano David Ellwood y a la presidenta de Harvard, Drew Faust.
"Estoy un poco desilusionado", dijo Cortés Rivadeneyra a la salida de las oficinas de la Escuela de Gobierno tras el fugaz encuentro. "No hubo oportunidad de conversar o de intercambiar puntos de vista".
Cortés Rivadeneyra, empresario de Puebla, y Randolph, oficial retirado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, habían llegado a Boston la noche anterior tras unir fuerzas en el portal change.org, donde ambos habían dejado peticiones en contra de la beca otorgada a Calderón que luego fusionaron.
Anoche, la campaña sumaba 34 mil 890 firmas.
Tras su fugaz paso por la Escuela Kennedy, ambos activistas caminaron hasta la entrada principal al campus, a unas cuadras de allí, a unos pasos de la Plaza Harvard, donde respondieron preguntas de los medios.
"Una universidad no puede legitimar a una persona que actuó sin ética. No lo puede contratar, no lo puede premiar, no lo puede legitimar. No debe", afirmó Cortés Rivadeneyra.
"Hemos recibido firmas de 28 países, se ha extendido por todos lados", agregó Randolph, mientras leía una declaración ante una periodista estadounidense que lo filmaba. Una y otra vez, Randolph insistió en que quería generar conciencia sobre la narcoviolencia y las muertes vinculadas a la guerra contra las drogas. Envueltos en el frío, los dos activistas eran las dos únicas personas paradas allí. Detrás de los portales, los alumnos iban y venían por el campus nevado, acomodándose al inicio del semestre de primavera.
Nadie se manifestó en contra o a favor de Calderón, y ninguno de los alumnos en la cafetería de la Escuela Kennedy se mostró impactado con la campaña en contra del panista: la polémica por su beca está en México y en los medios, no aquí, fue el argumento más escuchado.
Guillermo Lerdo de Tejeda Servitje, presidente de la Asociación de Estudiantes Mexicanos de Harvard (HUMAS, según sus siglas en inglés), alumno de la Escuela Kennedy y político priista, admitió que las opiniones sobre Calderón están divididas, por lo que la asociación que preside buscará tener espacios de debate con el expresidente.
'Beca generará rigurosas discusiones con Calderón'
La beca otorgada a Felipe Calderón para una estancia académica de un año en la Universidad de Harvard dará a sus estudiantes y profesores la oportunidad de cuestionar al expresidente de México y generar "rigurosas discusiones", aseguró un vocero de la institución.
"Confiamos en que la beca de un año de Calderón creará numerosas oportunidades para tener rigurosas discusiones y un debate activo sobre una serie de importantes temas entre nuestros estudiantes, la más amplia comunidad de Harvard y el expresidente de México", asentó.
El portavoz de la Harvard Kennedy School, Doug Gavel, justificó la decisión al apuntar que ésta generaría oportunidades de diálogo.
"Esta oportunidad única para involucrarse en una discusión directa con un exjefe de Estado es apreciada por muchos estudiantes, incluso si están en desacuerdo con algunas de las posiciones políticas de este líder", estableció Gavel.
